Este domingo, Cuatro estrena un reallity cargado de polémica, se llama Quiero Ser Monja, y creo que con el título está todo dicho. En él, se pone a prueba la vocación religiosa de cinco chicas que han sentido la llamada de Dios. En la presentación del programa, las cinco novicias han coincidido en reconocer que lo que más han echado de menos durante esta experiencia ha sido el móvil, su ropa habitual y los estuches de maquillaje.
Reallities tenemos muchos, el más conocido es, por supuesto, Gran Hermano en todas sus variantes, pero con el paso del tiempo, los productores han buscado siempre una vuelta de tuerca, y en esta ocasión, lo último es hacer uno basado en monjas.
Así, dos hermanas catalanas, una joven chilena, una veinteañera madrileña y una estudiante almeriense ingresarán durante seis semanas en tres congregaciones religiosas para probar los rigores de la vida entregada a los demás. En la presentación del programa, las cinco novicias han coincidido en reconocer que lo que más han echado de menos durante esta experiencia ha sido el móvil, su ropa habitual y los estuches de maquillaje.
Lo más complicado ha sido el casting. “Como no teníamos precedentes de este tipo de selección, nos tuvimos que inventar el ‘casting’ con la ayuda de varias congregaciones e instituciones religiosas”, advierte la productora del ‘reality’, Marta Torres.
«Quiero ser monja» se estrena el próximo domingo 10 de abril (21:30 horas) y que recogerá, según la cadena, “con respeto y rigor las principales vivencias de las jóvenes durante esta clarificadora experiencia, un camino repleto de descubrimientos, anécdotas y, sobre todo, emoción”. Veremos si es verdad, porque lo que está claro que es las monjas gustan mucho en la televisión, solo hay que recordar Sor María que ganó el talent show La Voz en Italia.
En el primer programa
Los espectadores serán testigos de la evolución de las jóvenes, que se integrarán y convivirán con diferentes comunidades religiosas de Madrid, Alicante y Granada adaptándose a sus normas y sus rutinas en diferentes entornos: un convento de clausura, una casa-cuna con más de 100 niños a su cargo o de misiones en el Amazonas.
El primer programa mostrará la llegada de las jóvenes a la casa madre de las misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada en Granada, sus primeros días en la congregación y su adaptación a una vida totalmente nueva dejando atrás los hábitos y rutinas de su vida como seglares.
De esta manera, cinco jóvenes se integrarán durante seis semanas en el día a día de tres congregaciones religiosas para comprobar si están preparadas para dar el paso e integrarse en la vida religiosa o, por el contrario, desean vivir su fe como seglares. ¿Qué pasará? ¿Saldrá alguna monja?