Vivir sin música es para algunas personas como vivir sin aire y jamás se plantearían su vida sin escuchar una sola nota al cabo del día; la necesitan para estudiar, para trabajar y para tareas como la limpieza es totalmente indispensable. Sienten un gran vacío si no los acompaña su banda favorita tocando solo para ellos a través de sus auriculares. El profesor de Ingenieria Acústica en la Universidad de Salford y saxofonista, Trevor Cox, se atrevió a hacer un experimento: pasar 40 días sin música y esto es lo que sucedió.
Su cerebro tenía banda sonoraDurante los primeros días del experimento, su cerebro suplió la falta de música exterior por la música interior. El profesor cuenta que varias melodías invadían su cabeza al mismo tiempo y que le resultaba muy difícil concentrarse en una sola. Consultando su problema con varios expertos, le indicaron que era algo muy común entre las personas que optan por hacer un retiro silencioso o un voto de silencio. Poco a poco, las canciones que sonaban en su cerebro fueron disminuyendo en cantidad y frecuencia.
Necesitaba cantarAdemás de todos esos sonidos que solo se producían en su cerebro, Cox sentía un irrefrenable deseo de cantar, tararear o incluso tamborilear sus dedos contra una mesa. El experimento que estaba realizando le impedía poner en práctica sus impulsos pero cuando por un descuido acabó cantando se dio cuenta de que sentía mucho más placer externalizando lo que lo oía en su cabeza que limitándose a seguir esos sonidos de forma interna.
Aislarse es imposibleLa música está en todas partes. Si quieres dejar de escucharla tendrás que dejar de ver la televisión, de ir al cine, de mirar tus redes sociales y hasta de pasear por la calle. Aunque muchas veces no seamos plenamente conscientes de la presencia de la música, nuestro cerebro no cuenta con ningún mecanismo natural que le permita aislarse de todo el sonido. Es cierto que puede ignorar ciertos ruidos pero otros, como el de una tormenta nocturna, son capaces hasta de invadir nuestro sueño.
Estaba más cansado y aburridoY eso se debía directamente a la falta de estímulos placenteros que le proporciona la música. Hay estudios que demuestran que existen personas que no sienten placer cuando escuchan música, de hecho, se trata de una condición denominada anhedonia musical por los psicólogos. Pero por regla general ocurre lo contrario. Dependiendo del tipo de música que le guste a cada uno sentirá más o menos placer escuchándola, pero nunca le causará indiferencia.
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