Tener un amigo de cuatro patas en la familia es todo un privilegio, pero en ocasiones muestran una agresividad que puede convertirse en un auténtico problema. Te contamos qué hacer con los perros agresivos y cómo ayudarles.
Perros agresivos
Causas de la agresividad en perros
Al igual que ocurre con las personas, detrás de todo comportamiento hay una causa que lo ha suscitado. Por ello, para resolver el problema exitosamente es imprescindible conocer el asunto de raíz y buscar la mejor alternativa dependiendo del caso. Algunas de las causas más comunes de la agresividad en perros son las siguientes.
- Nerviosismo.
- Socialización tardía.
- Experiencia traumática con humanos o personas.
- Educación incorrecta.
¿Qué hacer con los perros agresivos?
Como has podido comprobar, la mayoría de las causas anteriormente mencionadas son nuestra responsabilidad directa, por lo que lo primero que debemos plantearnos es la necesidad de cambiar nuestros hábitos en lugar de culpar a nuestro perro cada vez que muestra esa actitud. Teniendo eso claro, podemos tomar ciertas medidas tanto de seguridad como de corrección.
- Ponle un bozal.
Si tu perro suele ponerse agresivo con cualquiera, lo primero que vas a tener que hacer antes de sacarlo a la calle es colocarle un bozal. Con esto nos aseguraremos de que no pueda morder a nadie y haremos sentir más tranquilas a las personas que caminen cerca de vosotros. - Delimita su espacio vital.
Delimitar su espacio vital es imprescindible para saber a qué distancia deberás situarte respecto a otros perros o personas para que tu mascota se sienta cómoda, y en este punto también incluimos cuáles son los lugares donde suele encontrarse más tensa. Evidentemente, esta información podremos utilizarla en un futuro cercano para ir trabajando en reducirla. - Gastar su energía.
Puede que el problema de tu mascota sea que está conteniendo tanta energía en su interior que no sepa cómo sacarla de otro modo. Id juntos a correr, juega a diario con él y procura que nunca le falte un buen paseo. Si mejora adoptando esta rutina de vida, el problema estará completamente resuelto. - Esterilízalo.
Los perros macho suelen mostrarse mucho más tranquilos y notoriamente menos agresivos después de ser esterilizados. Evidentemente si quieres que tenga descendencia este punto puedes dejarlo de lado, pero en caso de que no lo quieras deberás planteártelo muy seriamente. - Ajusta su dieta.
Puede que la comida que le estés proporcionando a tu mascota tenga una composición no apta con su forma de ser. De hecho, hay ingredientes que pueden llegar a ponerlos nerviosos y hacerles más agresivos, por lo que lo ideal es que lo consultes con tu veterinario de confianza y le proporcionéis una dieta adecuada a sus características. - Premia el buen comportamiento.
¡No todo va a ser regañinas! Cada vez que tu mascota se comporte bien delante de otra mascota o en una situación en la que normalmente actúe de forma agresiva, deberás darle un premio para que entienda que ese es el comportamiento adecuado. El premio pueden ser unos snacks caseros o simplemente una caricia. - Pide ayuda a un profesional.
Muchas veces corregimos el mal comportamiento de nuestra mascota, pero podemos estar incitándolo a hacer justo lo contrario que queremos. Para adiestrarlo y corregir esta actitud en caso de que ninguna otra alternativa funcione, va a ser necesario que acudas a un auténtico profesional que pueda ayudarte con tu problema.