¿Te sientes cansada incluso si no has hecho prácticamente nada en todo el día? Puede que algo o alguien de tu entorno esté robando toda tu energía. Te mostramos cuáles son los ladrones de energía y cómo evitarlos.
¿Cuáles son y cómo evitar los ladrones de energía?
- Las personas tóxicas.
El mundo está plagado de personas tóxicas que en cualquier momento pueden pegarse a nosotros como una lapa. Estos individuos son una de las causas más comunes que explican la falta de energía diaria, y es que contagian a cualquiera con su negatividad. Pero lo peor del asunto es que pueden ser personas muy allegadas a nosotras, como nuestra propia madre.
Sabemos que es un tanto difícil deshacerse de este tipo de personas o aprender a convivir con ellas, pero te animamos a que intentes centrar toda tu atención en ti misma y dejes a un lado a todos aquellos que no te hagan ningún bien. - El trabajo que no te gusta.
Trabajar en algo que no te gusta no solo consume tu energía, sino también tu autoestima. Si detectas que tu empleo te hace infeliz, plantéate dejarlo y buscar uno nuevo que te llene. Eso sí, estamos en una época un tanto difícil para encontrar trabajo, por lo que te animamos a que intentes darle un vuelco a la situación proponiendo a tus jefes proyectos que te apasionen. Puede que todo cambie para bien y no tengas que abandonar tu empleo. - Los compromisos.
Tener que pasar tiempo con personas que no nos caen bien, invitarlas a nuestro evento especial o dejarle pasar tiempo en nuestra casa por compromiso no solo nos roba energía, sino que nos genera mucho estrés. Trata de alejarte de esas personas y aprende a decir “no” cada vez que algo no te convenga. ¡Ahorrarás en disgustos! - Los ambientes desordenados y sucios.
Teniendo que aguantar todo lo anterior, no es de extrañar que lo último que nos apetezca sea llegar a casa y ver que todo está patas arriba. La mejor solución es practicar el decluttering y tirar a la basura todas las cosas inútiles que ya no te sirvan. Si además añades un toque relajante a la decoración, como una lámpara de sal del Himalaya, notarás un bienestar personal cada vez que entres en casa. - Las tareas pendientes.
Siempre tenemos mil proyectos y cosas pendientes en la cabeza, pero la mayoría de veces nunca las llevamos a cabo. Esto no solo nos impide llegar a mejorar en lo que realmente nos gusta o encontrar nuestro hobby perfecto, sino que inconscientemente nos sentiremos desilusionadas con nosotras mismas e incapaces de hacer todo aquello que teníamos planeado. Así pues, te animamos a que cada vez que quieras hacer algo trates de sacar un hueco. Aunque sea una hora, tu autoestima lo agradecerá. - La pereza.
Otro de los mayores ladrones de energía y que está unido al punto anterior es la pereza. Muchas veces dejamos a un lado las cosas que nos gustan simplemente porque preferimos no hacer nada, pero si lo piensas bien únicamente estás tirando tu tiempo a la basura. Cada vez que pienses “no me apetece” trata de levantarte y decir “voy a hacerlo aunque sea durante 5 minutos”. ¡Verás como la película cambia! - La preocupación excesiva.
La preocupación es uno de los peores enemigos de nuestra salud mental, y es que hace que nos sintamos mal por algo que no solo no ha sucedido, sino que probablemente no llegue a darse nunca. Trata de vencer tus miedos y tener una visión más positiva. Cada vez que te preocupe algo trata de dejar lo que estés haciendo y comenzar una actividad que te apasione, como puede ser pintar un cuadro o salir a hacer fotografías. Te relajará y la preocupación se irá poco a poco. - El odio.
Por último, el odio y el rencor nos roban una energía brutal. Está claro que si alguien nos ha hecho daño no vamos a verlo con los mismos ojos que antes, pero debemos intentar por todos los medios tratar de perdonarle y, eso sí, cortar el contacto con dicho individuo si lo creemos conveniente. Pensar todo el rato en lo que nos hizo y en que en el futuro se la devolveremos, o incluso en los errores que hemos cometido y que no nos hemos perdonamos, solo hace que nos sintamos mal con nosotras mismas. Aprende a perdonar y aprenderás a ser feliz.