Pese a los grandes esfuerzos de muchas feministas y a proyectos de gran magnitud como “He for She” de la ONU, liderado por la embajadora Emma Watson, o acciones de hombres que apoyan la igualdad, a día de hoy todavía podemos hablar de un machismo predominante. De hecho, grandes líderes como Donald Trump se han negado a poner su granito de arena y han apostado por infravalorar a las mujeres, lo que indica que la lucha durará mucho más de lo que nos gustaría. Si crees que lo has visto todo, no te pierdas la polémica por disfraces de Carnaval para niñas, en la cual se denuncia la hipersexualización de menores.
Hipersexualización de menores en Carnaval
No es ningún secreto que los disfraces de Carnaval para mujer siempre han estado hipersexualizados, y es que no tendremos que esforzarnos en buscar mucho para toparnos con las ya típicas versiones sexys de todo: de doctora, de mariposa, de mujer lobo… cualquier excusa es buena para ofrecernos un gran escote y una falda corta sin dejar lugar a opciones más realistas ni más cómodas para aquellas que no busquemos lucirnos de tal modo. No obstante, la polémica ha estallado al localizar uno de esos disfraces dirigidos a niñas de entre 4 y 6 años, una auténtica barbaridad.
El disfraz en cuestión de “enfermera sexy” muestra a una niña calzando tacones y exhibiendo un vestido especialmente corto que deja a la vista los hombros. Pero lo peor, sin duda, es que aparece adoptando una pose muy característica dentro del lenguaje de la seducción y, más concretamente, del lenguaje sexual. El cuerpo, que corresponde más al de una mujer adulta que al de una niña, no deja lugar a dudas de que este disfraz se trata de un atentado directo contra la mujer y la infancia, y que esta niña ha sido convertida directamente en objeto. Pero puede que lo más triste del asunto sea que este no es un caso aislado, sino que la gran mayoría de disfraces para niñas están sexualizados aunque de forma menos evidente.
Aunque la autorregulación de la publicidad penaliza este tipo de acciones, lo cierto es que no existe ninguna ley ni ninguna norma que se oponga a la fabricación y venta de este tipo de productos que atentan contra la dignidad de las mujeres. Quizá estos disfraces de Carnaval para niñas sean una buena excusa para plantearse que es necesario hacer grandes cambios. En primer lugar, en el plano legal introduciendo normas que impidan que estos productos tengan acceso al público. En segundo lugar, hacer ver a los fabricantes que una de las mejores opciones en estos momentos es optar por la confección de disfraces o creación de juguetes unisex. Y, por último, crear conciencia social de que las mujeres no son objetos, que lo que se entiende como “masculino” o “femenino” no es más que parte de la cultura colectiva y que debemos acabar con este bagaje negativo si es que queremos avanzar como humanidad.
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