El siglo de las luces ha conseguido posicionarse como una de las épocas más románticas de toda la historia, gracias en gran medida a su estética. Muchos escritores y directores de cine se han visto atraídos por su aura y han querido mostrar al gran público una encarnación de lo que fue y del ambiente que se respiraba. Obviamente, sabemos que esta representación es idealizada, pero el abismo entre lo que se nos muestra y la realidad es mucho mayor de lo que pensamos. Te contamos qué escondían las pelucas del siglo de las luces en cuanto a higiene.
¿Por qué se utilizaban pelucas en la Edad Media?
Durante toda la historia los individuos han tratado de verse siempre atractivos, especialmente los que pertenecían a la nobleza, ya que querían marcar con su físico la diferencia que había entre la clase alta y la clase baja. Tanto hombres como mujeres tenían sus trucos de belleza y los aplicaban a diario, aunque claro está que las personas humildes no podían permitírselo.
Una de las modas que más lejos llegaron fue la de llevar peluca. Esta tendencia fue iniciada por el rey francés Luis XIV, el cual sufría un problema de calvicie y quiso ocultarlo. Por supuesto, esta acción no pasó desapercibida y todos los nobles quisieron imitarle, especialmente los que sufrían una caída del cabello importante. Poco a poco fueron surgiendo nuevos peinados irrealizables con cabello normal y no había persona de buena familia que no la utilizara.
La higiene de las pelucas
Como ya hemos visto, la tradición de utilizar pelucas en el siglo de las luces viene dada por un motivo puramente estético pero, ¿a qué se debía que a tantas personas se les cayera el pelo, especialmente siendo nobles?
Es por todos sabido que en esta época las condiciones de higiene no eran las más adecuadas. De hecho, la ropa apenas la lavaban, y cuando lo hacían era con una mezcla de orina y cenizas. Esto hacía que todas sus prendas estuvieran plagadas de piojos y liendres, pasando en la mayoría de ocasiones al cabello e infectándolo por completo. Los parásitos provocaban que muchas personas tuvieran que raparse el pelo para librarse de ellos y las pelucas eran la mejor solución para disimular. Por supuesto, este no era el único motivo, y es que había muchas enfermedades venéreas cuyos efectos implicaban la caída del cabello.
Por otro lado, cabe mencionar que también existían personas que las utilizaban para disimular un cabello grasiento o para dar la impresión de llevar una higiene más correcta, aunque era obvio que no la llevaban.
Pero no podemos acabar sin mencionar el detalle más macabro de las pelucas del siglo de las luces: todas y cada una de ellas estaban elaboradas con el cabello de los cadáveres. Si a esto le sumamos el hecho de que nunca era lavada porque podía estropearse y que poco a poco iban infectándose de los piojos y liendres por las prendas que vestían, podemos llegar a la conclusión de que era una época de mucho estilo, pero de las más insalubres de toda la historia de la humanidad.