Nepal es el único lugar en el mundo en el que se práctica la técnica del exilio menstrual. La menstruación es un tabú que en algunas sociedades se manifiesta de un modo extremadamente radical. El llamado chhapaudi ha sido una realidad en muchos países asiáticos, te mostramos en qué consiste.
Chhapaudi: Exilio menstrual
A la mujer se la considera impura cuando sangran con motivo de su menstruación. Ese acto tan natural es visto como una amenaza o señal de que se debe apartar del resto de la comunidad. La forma en que es interpretado varia en una sociedad u otra. En la región del Nepal donde todavía persiste es realmente un castigo terrible.
Exilio menstrual, un castigo a la mujer
El exilio menstrual que se práctica en Nepal obliga a la mujer con el periodo a aislarse de la comunidad. Las mujeres son enviadas a unas cabañas lejos de la población, totalmente aisladas. No pueden ni beber agua, ni comer, durante los momentos álgidos de su ciclo biológico. Es realmente un auténtico castigo que toda mujer debe aprender a sobrellevar a lo largo de su vida.
Exilio menstrual: Consecuencias
Las consecuencias de esta práctica son realmente terribles. La mujer es tratada como una enferma, temida y amenazada por el mero hecho de tener el periodo cada mes. Las jóvenes son las más vulnerables y las que más sufren las consecuencias.
Muchas adolescentes fallecen por ataques de los animales salvajes o de complicaciones por no poder comer o beber durante demasiado tiempo. Reglas abundantes o problemas de infecciones son otras de las amenazas. Una barbaridad contra la cual las autoridades del país están empezando a luchar.
Esta tradición milenaria no tiene razón de ser en un siglo XXI en el cual las mujeres están empezando a destacar. Proteger a las mujeres es una necesidad en rincones del mundo como este.
Medidas judiciales, el fin del exilio menstrual
El Parlamento nepalí está intentando acabar con esta práctica que afecta a gran parte de sus poblaciones más tradicionales. Se han establecido una serie de multas y de penas para las personas que obliguen a las mujeres a practicarlo o incluso para las propias mujeres que lo practiquen. Un total de 3000 rupias o 300 euros son los que tendrán que pagar las personas que infrinjan la ley.
Las leyes tendrán que ser las encargadas de poner fin de forma forzosa del exilio menstrual. En el mundo la mujer tiene un protagonismo nunca visto y debemos luchar para continuar en la misma línea. Acabar con las ciudades peligrosas para las mujeres y escalar hasta ocupar el escalón más alto de la política, son parte de nuestros deberes. Todas somos una y con la fuerza de un mundo seremos capaces de vencer a cualquier tradición milenaria. El poder femenino está en todas partes.