Seguro que alguna vez te has encontrado en la situación de que uno de tus amigos ha bebido un par de copas de más y ha soltado algún disparate, tanto en el buen como en el mal sentido. Siempre se ha dicho que las personas no mienten en estas circunstancias pero, ¿es cierto que los borrachos dicen siempre la verdad? Te explicamos la respuesta.
Efectos del alcohol
Cuando salimos con nuestros amigos un sábado por la noche, lo más habitual es que bebamos alguna bebida alcohólica a lo largo de la noche. Esta costumbre se debe a que el alcohol es capaz de desinhibir a quien lo consume, permitiéndonos dejar atrás nuestro sentido de la vergüenza. Es así como nos ayuda a ser más sociables con las nuevas amistades que puedan surgir, fomentando que entablemos conversaciones de una forma más rápida y fluida.
Pero no sólo eso, sino que el alcohol tiene otros efectos en nuestra mente. Uno de ellos es que da libertad a nuestros impulsos, los cuales son cohibidos generalmente por el sentimiento de vergüenza que advertimos al pensar en el “qué dirán”. Además, la capacidad de racionamiento deja de funcionar correctamente y a menudo podemos decir frases inconexas o incoherentes.
Tampoco debemos olvidar que el alcohol presenta efectos negativos sobre nuestra piel y puede fomentar problemas de ansiedad. No obstante, hay que recordar que el alcohol es saludable siempre que se consuma de forma moderada.
¿Los borrachos dicen la verdad?
Vistos todos los efectos del alcohol podemos deducir que una persona se vuelve más impulsiva cuando lo ha consumido, por lo que tiende a decir aquello que siente o piensa en ese preciso instante. Es aquí cuando pueden aparecer sentimientos ocultos de aquellas personas que los guardan por miedo a perder la autoridad o por no saber expresarlos correctamente. No obstante, por lo general se tratan de impulsos primarios que tratan de satisfacer las necesidades más básicas, como puede ser comer, ser sociables o mantener relaciones íntimas.
En este sentido podemos afirmar que suelen decir la verdad, pero no siempre se da este caso. Recordemos que la capacidad de razonamiento queda anulada, por lo que no todo lo que diga va a ser un pensamiento que tenga siempre en la mente, sino que va a tratarse de aspectos superfluos y que hayan ocurrido en un espacio temporal muy cercano al presente. Es por esto por lo que muchas veces las personas que han bebido de más suelen lanzar muestras de afecto hacia otra persona al sentirse a gusto con ellas, a pesar de que sabes a ciencia cierta que no la soporta.
Aunque todavía se perciba ligeramente su sinceridad, estos impulsos pueden dar lugar a las falsas promesas que creen que van a poder cumplir en ese instante, pero que al otro día no recuerdan o aseguran no haberlas hecho nunca.
Podemos concluir que el alcohol no es una poción de la verdad en la mayoría de los casos, sino que lo que consigue es potenciar los instintos más primitivos de nuestro ser. Te recomendamos que recuerdes al día siguiente aquellas promesas o comentarios extraños que tus amigos te hicieron cuando estuvieron ebrios para que puedan confesarte si eran sentimientos reales o puro efecto del alcohol.