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El Movimiento 15M aguanta tras el veto de la Junta Electoral. Esta iniciativa promovida por miles de jóvenes, parados, mileuristas y personas de cualquier sector social, piensa seguir hasta el día de las elecciones municipales y autonómicas con manifestaciones y acampadas. A todos ellos les une el sentimiento de indignación con la clase política española. Están cansados de la crisis, de las pocas oportunidades de encontrar trabajo, de los parados que se cuentan por millones y de la situación social y económica general del país.
Esta movilización ha tomado el nombre de Movimiento 15M debido a la jornada de protestas que comenzó el pasado 15 de Mayo en la Puerta del Sol. Gracias a la velocidad y afluencia de las redes sociales, ha crecido hasta tal punto que ya es noticia en el mundo entero. Periódicos de Italia, Estados Unidos, Francia o Rusia recogen en sus hojas la oleada de manifestaciones que se están produciendo diariamente en nuestro país.
Tanto es así que numerosos famosos ofrecen su apoyo a los jóvenes que secundan el lema de “Democracia Real ya” y se oponen a la corrupción, al bipartidismo y a las oportunidades poco igualitarias. Penélope Cruz manifestó: “Esto me rompe el corazón. En España hay muchos chavales muy preparados con muchas posibilidades que buscan trabajo y no lo encuentran”.
Los políticos también se han hecho sentir entre la multitud con palabras poco acertadas a juicio de los indignados. José Manuel Campa, Secretario de Estado de Economía pidió paciencia a los jóvenes diciendo que “su situación económica mejorará en 10, 20 o 30 años”. Por su parte el número uno del PP, Mariano Rajoy, secundó que “lo fácil es descalificar a los políticos”.
Las protestas se han hecho eco en ciudades de toda España y del extranjero, produciéndose manifestaciones y jornadas de protesta en embajadas españolas o diferentes puntos de las capitales, donde la red social Facebook ha tenido un papel protagonista.
Pese al veto de la Junta Electoral, la plataforma ha respondido “no nos vamos”. La Junta considera ilegal la concentración en Sol, ya que no se ha convocado con diez días de antelación.
Los indignados no piensan abandonar las plazas el sábado 21 de mayo en la jornada de reflexión, a pesar de que el Gobierno ha amenazado con multar a los asistentes con mil euros.
