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Si es posible tener un pequeño huerto en la terraza, ¿por qué no cultivar también brotes? Un cultivo que, contrariamente a lo que podamos pensar, no conlleva grandes dificultades, sino todo lo contrario. Los brotes, además, se han convertido en un ingrediente muy utilizado en la cocina, para acompañar por ejemplo las ensaladas. Brotes con un valor nutricional y que puedes plantar en tu propia casa y tener siempre a mano. Toma nota de estos consejos. [/multipage]
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1. Conseguir un germinador
Aunque en realidad no es estrictamente útil, hay que reconocer que un germinador simplifica bastante la tarea de cultivar brotes. Para aquellos que tienen poca experiencia es, sin duda, un método de lo más práctico y sencillo. También nos facilita el cultivo sino disponemos de mucho espacio. [/multipage]
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2. Semillas
Lógicamente, el primer paso es elegir las semillas para germinar, las cuales podemos encontrar a unos precios bastante asequibles. Podemos preguntar en tiendas especializadas en semillas sobre las más adecuadas o sobre las propiedades terapéuticas y culinarias de cada una. [/multipage]
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3. Ponerlas en agua
En primer lugar, hay que poner las semillas en agua y dejarlas en remojo durante al menos una noche, para luego colocarlas en el germinador. Es importante que cuenten con luz suficiente, pero eso sí, evita que los rayos de sol incidan de manera directa sobre el cultivo. [/multipage]
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4. Nivel de humedad
Dependiendo de la calidad de las semillas de los brotes elegidos, será necesario mantener un mayor o menor nivel de humedad para que germinen adecuadamente. Eso sí, aunque es importante que el nivel de humedad sea constante, el exceso de agua puede ser contraproducente. [/multipage]
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5. Aumentar la dosis de agua
A partir del segundo día podemos empezar a aumentar el nivel de agua que vamos echando para que germinen. Antes de añadir agua nueva, es conveniente retirar la que se haya quedado en el depósito del germinador, para ayudar a los brotes a crecer mejor. [/multipage]
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6. Proteger los brotes de insectos
Los brotes, al igual que otros cultivos, pueden ser un auténtico imán para los insectos, así que conviene protegerlos. En las tiendas especializadas en semillas nos pueden facilitar también unos protectores transparentes para colocar encima y evitar insectos. [/multipage]
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7. Recogerlos al quinto día
Aunque cada brote tiene su tiempo de crecimiento, la media para poder recogerlos está en los cinco días, antes será difícil que la cosecha esté lista. También es importantes no dejarlos demasiado tiempo una vez que han brotado, ya que pueden perder parte de sus propiedades. [/multipage]
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8. Comerlos crudos
Los brotes se pueden comer crudos, de hecho es la mejor manera de sacar partido a sus propiedades. Los brotes de soja, por ejemplo, son ideales para acompañar las ensaladas, un plato sencillo de preparar, nutritivo y que hará que nuestra dieta sea mucho más saludable. [/multipage]
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9. Guardar en el frigorífico
No es necesario consumir todos los brotes al mismo tiempo, ya que podemos recogerlos y guardarlos en la nevera para su consumo. Eso sí, no debe pasar más de una semana antes de consumirlos. Tampoco es recomendable guardarlos en el congelador. [/multipage]