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Tener la casa siempre limpia y ordenada no es tan complicado como parece. Tan solo tienes que seguir estas tres reglas de oro. No te llevará mucho tiempo y cuando llegue la hora de hacer la limpieza semanal te costará mucho menos realizarla. Llevando a cabo pequeñas tareas en tu día a día conseguirás mantener la suciedad a raya. Lo más difícil es vencer la pereza pero se tarda tan poco en hacerlo que habrás acabado antes de aburrirte.
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[multipage] 1. Perfume de ambiente
Para que una casa esté, y parezca, limpia de verdad es necesario que huela bien. Exiten varias opciones: desde los ambientadores tradicionales a otras opciones más ecológicas como la de introducir hierbas aromáticas, como la lavanda y el romero, en saquitos de tela y distribuirlas por la casa. También puedes hacer tu propio ambientador cortando un par de limones en rodajas e introduciéndolos en un jarrón con agua.[/multipage]
[multipage]2. Cada día un pequeño gesto
Tardarás de uno a cinco minutos en llevarlos acabo pero los resultados realmente merecen la pena. Pasa una esponja con desinfectante sin aclarado por las superficies del cuarto de baño, aspira el suelo otro día, friega el suelo de la cocina… Seguro que sueles dedicar la mañana del sábado a hacerlas todas pero desde el miércoles al viernes la casa se va ensuciando cada vez más y al final parece descuidada. [/multipage]
[multipage]3. Dobla la ropa al recogerla de la cuerda
Pones la lavadora, tiendes y cuando recoges la ropa, ¿la apilas tal cual está? Error. Además de dar una sensación de falta de orden, ese montón de ropa para planchar te da mucho más trabajo del que crees. Si la doblaras justo después de recogerla habría muchas prendas que no tendrías que planchar y con el resto acabarás mucho antes porque estará menos arrugada. Pruébalo porque se nota. [/multipage]