Hacer regalos es una de las tradiciones más arraigadas de la humanidad, y es que no hay mejor forma de dar tu agradecimiento a la otra persona y demostrarle que has querido dedicarle unas horas de tu vida para darle una sorpresa. No obstante, elegir qué regalar no es nada fácil, especialmente a personas que no conozcas muy en profundidad. Te mostramos 10 normas básicas para comprar regalos y acertar.
Normas básicas para acertar con un regalo
Si el regalo que tienes que hacer va a ir destinado a alguien muy cercano y sabes que necesita algo, probablemente estés pensando en comprarle algo que necesite. ¡Mal! Ya tendrá tiempo de comprarse productos que necesite, lo más importante ahora es que le des algo que desee. Por supuesto, puede darse el caso de que lo que quiera sea práctico, pero lo importante es no basarse únicamente en esta cualidad.
Las tarjetas regalo o dar dinero directamente es una opción muy recurrida, pero no debes olvidar que da la impresión de que no has querido gastar tiempo en pensar qué podrías regalarle, así que mejor evitarlo para que el otro no se sienta poco apreciado.
Colonias, pulseras, productos cosméticos… Los regalos típicos son unos de los que menos sorpresa provocan, y es que, al igual que en el caso anterior, da la impresión de que no te has molestado mucho en descubrir qué es lo que realmente quería.
Si la persona a la que quieres hacer un regalo tiene un hijo, es muy importante que lo que le compres no sea para el niño, sino para ella. Muchas veces tendemos a comprarle al niño porque pensamos que le hace ilusión que su hijo sea feliz, pero no debemos olvidarnos que ella también debe serlo.
Una vez eliminados todos los regalos prácticos, típicos y equivocados, deberás descubrir qué es lo que realmente apasiona a la persona que vayas a regalar o, al menos, cuáles son sus gustos. Este punto es muy importante, ya que a veces tendemos a comprar algo que nos gusta a nosotras por pura facilidad, pero debemos esforzarnos en evitarlo.
Si una de las cosas que quería era un vestido o una prenda de vestir, ¡cuidado! Las tallas pueden jugar una mala pasada y obligarnos a hacer varios viajes para cambiarla. O peor: descubrir que ya no quedan de su talla y que tiene que decir adiós a su bonito regalo.
Tan importante es lo que regalas como el momento y el lugar en el que lo entregas. Para que un regalo sea memorable, deberás cuidar muy bien estos aspectos. Por ejemplo, es preferible darlo al final de una fantástica cena que en mitad de la misma.
La risa es el carburante de la vida, pero ello no quiere decir que cualquier momento sea adecuado para gastar una broma. Es fundamental que añadas espontaneidad cuando el regalo sea para seres cercanos y que trates de ser mucho más sutil en momentos especiales.
Lo material no nos llena el alma, pero las experiencias sí. Regálale un viaje al país que quiere visitar o invítale a un concierto de su artista favorito. Eso sí, planéalo muy bien para evitar que precisamente el día acordado tenga ya otro compromiso.
Comprar algo de la tienda nunca va a ser tan especial como añadir un toque personal. No es necesario que hagas un regalo desde cero, pero incorporar un envoltorio especial o una tarjeta hecha a mano le va a encantar, ya que demuestra que has empleado mucho más tiempo para sorprenderlo. ¡Acertarás seguro!
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