Los anillos pueden decir mucho sobre tu personalidad. Te contamos qué rasgos revelan para que te fijes la próxima vez que veas a alguien
Tu ropa te define. A veces, todo se reduce a una afirmación tan simple que puede resumirse en cuatro palabras como esas. Evidentemente, muchas veces no somos conscientes de lo que nuestro atuendo supuestamente dice. La mayoría de nosotros tan solo repara en si este es formal o informal, en que los colores combinen entre sí o que las prendas sean más entalladas o, por el contrario, más holgadas.
Sin embargo, no solo la ropa trasmite un mensaje acerca de nuestro personalidad que nosotros no deseamos. También lo hacen los accesorios que decidamos portar para acompañar el outfit. Ya hablamos en su momento de lo que implicaba llevar un reloj y la vasta cantidad de información de una persona que este podría llegar a revelarnos si se analizaba de la manera correcta. Una vez más, varios estudios de personalidad han aplicado un procedimiento similar a los anillos.
Los anillos y la forma de ser, según este estudio, pueden estar íntimamente relacionados en función del dedo en el que reluzcan. En primer lugar, llevarlo en el dedo pulgar tal vez no sea lo más habitual actualmente, pero sí lo era para los grandes reyes de la Antigüedad. Un anillo en el dedo mayor denotaba poder, dignidad y riqueza, por lo que una persona que decida portarlo en dicho dedo podría ser indicativo de una búsqueda afanosa de seguridad en uno mismo. Una persona que sitúa el amor y el placer en lo más alto de su escala de prioridades.
Por el contrario, si el dedo escogido es el índice, el mensaje pasaría a ser precisamente el contrario. Una persona con una autoestima sólida, tal vez demasiada. Es posible que pudiera mostrar, en el peor de los casos, tendencia a la megalomanía y al control absoluto de las situaciones.
El resto de dedos
Si se coloca en el dedo corazón, puede ser que la voluntad de la persona sea enseñarlo, tanto el anillo como a sí mismo. Suele asociarse con personas abiertas que piden consejo a los demás y no tienen reparo en compartir sus sentimientos. El anular es el dedo predilecto para portarlos y suele ser sinónimo de una persona creativa y perfeccionista que cree en el destino y en la conexión del anillo con el corazón.
Finalmente, el dedo meñique indica una gran sensibilidad por parte del portador. Esta se trasluce por una clara intención de disimular la pieza entre sus dedos, de forma que no sea totalmente visible a sus interlocutores.