No solo las lectoras se han hecho alguna vez esta pregunta, también los influencers. Hoy despejamos todas las dudas
Seguro que todos los que leen este artículo se lo han planteado alguna vez. Y, la mayoría de veces, se ha tenido a pensar que el estilismo femenino, simplemente, no contempla la confección de bolsillos en sus prendas. Al igual que en el caso de algunos accesorios como los relojes, el grueso de la sociedad cree que los bolsillos son un complemento eminentemente masculino que sustituye al bolso que portan las mujeres.
Sin embargo, resulta evidente que en muchos casos no es así y que un importante número de chicas prefiere portar sus pertenencias en bolsillos antes que decantarse por un bolso. Así opina la cantante profesional Heather Chelan, conocida en redes sociales por el alias @Hebontheweb. La artista publicó hace unos meses un vídeo colaborativo junto al perfil de Instagram @meri.pocket, destinado a promover la inclusión de bolsillos en las prendas femeninas.
El vídeo mostraba a la artista interpretando una canción cómica en la que denunciaba que los bolsillos solo fueran considerados necesarios en la ropa masculina. «Necesitamos bolsillos, por favor / Las mujeres llevamos cosas / Tener que llevar un bolso puede ser molesto / No me des esa mierda falsa (refiriéndose a los bolsillos extremadamente pequeños de algunas pantalones femeninos) / ¿Cuál es el motivo? Es inútil / Voy a usarlos», rezaba la letra.
@Meripocket va más allá, abogando por la igualdad de género a través de la inclusión de bolsillos. A su juicio, que los hombres se vean beneficiados de ellos y las mujeres no puede ser motivo de discriminación. Otros sectores menos partidarios sostienen que confeccionar bolsillos supone un coste adicional a las empresas de moda que podría acarrear un retraso en las entregas. Además, defienden que distorsiona la silueta, puesto que los bolsillos provocan que la prensa en cuestión no se ciña tanto al cuerpo como se pretende.
El origen de la polémica
Al parecer, la controversia hinca sus raíces en la Segunda Guerra Mundial. El hombre estaba abocado a ir a la guerra, por lo que las mujeres empezaron a ostentar puestos de trabajo que hasta ese momento solo habían estado ocupados por el sexo masculino. Esto les obligó a portar uniformes de hombre que, por regla general, tenían bolsillos.
Sin embargo, al término de la guerra, los hombres regresaron a sus anteriores empleos, la mujer volvió a quedar relegada al cuidado del hogar y la moda sufrió un proceso de ultrafeminización, es decir, de estilización de la figura. Para este proceso resultaba indispensable la retirada de los bolsillos de las prendas de mujer.