Hay prendas o completos de vestir que se han sexualizado con los años y se ha convertido en un fetiche. De hecho, muchas personas se valen de estas prendas de moda para desplegar todos sus encantos. Hablamos de las medias, del corsé, de los guantes o de los tacones. Prendas y complementos que en un contexto concreto se convierten en todo un fetiche.
[didascalia fornitore=»altro»]Medias de liga de color blanco. Fuente: Pixabay[/didascalia]
Antiguamente, las personas utilizaban las medias o calcetines para calentarse y para evitar la fricción del zapato. Las medias más populares eran las de seda hasta que aparecieron las medias de nailon. Las medias más sexualizadas son aquellas que van por encima de la rodilla o también conocidas como medias de liga.
Este tipo de medias se pueden sujetar con un ligero o llevan un autoadhesivo en la parte superior de silicona. El adhesivo ‘pega’ la media a la piel y evita que se caiga. Este último modelo es el que más se utiliza actualmente ya que es mucho más cómodo. Pueden ser de nailon, rejilla, lycra…Las medias son un objeto cotidiano, sobre todo en invierno, aún así también son un complemento fetiche para muchas personas.
Las medias con liga veladas aparecen en múltiples escenas íntimas de películas y fotografías eróticas, por lo que han acabado convertidas en un verdadera fetiche erótico.
[didascalia fornitore=»altro»]Una escena de la película ‘Gilda'[/didascalia]
Los guantes nacieron como un objeto de la cultura aristócrata, como un capricho de la moda y para protegerse del frío. Los guantes crean una segunda piel más fría, más fuerte y áspera. Por esa razón, se convirtieron en un fetiche.
Los guantes los usaban tanto hombres como mujeres, y estaban sujetos a unos estrictos códigos sociales. Era una de los objetos más deseados entre los amantes o parejas para recordar a ese ser querido, de hecho hubo un tiempo en que se crearon guantes perfumados, que inmortalizaban en su fragancia los amores pasados. Los guantes tenían un lenguaje propio, si se dejaba caer un guante era un signo de coqueteo y elegancia.
Los guantes sufrieron distintas modas y transformaciones con el paso de los años, se hicieron más cortos, más largos, de cuero, seda… Las divas del viejo Hollywood de los años 40 y 60 los volvieron a poner de moda. Audrey Hepburn en ‘Desayuno con Diamantes’ los convirtió en un símbolo supremo de elegancia, pero la actriz que los sexualizó fue Rita Hayworth en la película ‘Gilda’.
En el imaginario de las dominatrices o en las prácticas sado, los guantes de cuero tiene muchísimo protagonismo. De hecho, los guantes refieren el poder del que domina y nunca es tocado.
[didascalia fornitore=»altro»]Los stilettos son el modelo fetiche por excelencia. Fuente: Pixabay[/didascalia]
Antiguamente las mujeres usaban zapatos altos, porqué se creía que con ellos estaban más cerca del cielo y de Dios. Pero la buena fama de las tacones cambió radicalmente cuando se convirtieron en los zapatos favoritos de las cortesanas. Por lo tanto, se creó una indeleble conexión entre el zapato femenino de tacón alto y la sexualidad femenina más libertina de la época. Hasta entonces los hombres también habían utilizado tacón, pero fueron prohibidos por Napoleón por estas ideas.
En 1927 el doctor Sigmund Freud publicó un estudio sobre fetichismo que también contribuyó a que los tacones se convierten en un complemento sexualizado. Después de la Segunda Guerra Mundial aparecen por primer vez los zapatos con tacón de aguja. Los stilettos se convirtieron en los zapatos más sexy del mundo. En la actualidad, se sigue considerando a este modelo de zapatos todo un fetiche.
[didascalia fornitore=»altro»]El corsé prenda sexualizada. Fuente: Pixabay[/didascalia]
El corsé no ha tenido nunca demasiada buena fama. Durante siglos las mujeres utilizaron los corsés para lucir una cintura de avispa exagerada y unos pechos más subidos. El corsé se convierte en una prenda sexualizada debido a que en los siglos XIX y XX aparecieron unas estampadas que recrean la vida cotidiana de las mujeres. En dichas estampada aparecían imágenes de mujeres utilizando los corsés o poniéndoselos, lo que desató la imaginación de los hombres.
Las pin-up también utilizaban el corsé, por lo que en las fotografías y en el cine erótico empezaron a utilizar los corsés como una prenda fetiche más. Eso sí, el corsé siempre fue una prenda que había permanecido en la intimidad, pero en los años 70 con el punk y en los años 80 con el diseñador Jean Paul Gaultier, se convirtió en una prenda externa.
En la actualidad, los corsés vuelven a ser una prenda muy tendencia, pero ya no son tan incómodos como antiguamente. También te puede interesar: Tendencias peligrosas: El corsé y Moda punk: Consejos para un look perfecto .
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