Claudia Schiffer pertenece a la edad dorada del modelaje. Repasamos la carrera del icono de la moda de los 90.
Desde su ascenso meteórico en la década de 1990 hasta convertirse en un icono de la moda global. Claudia Schiffer ha dejado una marca indeleble en la industria del modelaje. Nacida el 25 de agosto de 1970 en Rheinberg, Alemania, Schiffer emergió como uno de los supermodelos más reconocidas de su tiempo, junto con Cindy Crawford, Naomi Campbell y Linda Evangelista.
Con su estatura imponente, cabello rubio y mirada penetrante, Schiffer fue una sensación tan pronto como apareció en escena. Fue descubierta en un club nocturno de Düsseldorf a principios de la década de 1990 y rápidamente se convirtió en la musa de diseñadores de renombre como Karl Lagerfeld y Versace.
Claudia Schiffer: mucho más que una modelo
Uno de los momentos más notables de su carrera fue su asociación con Lagerfeld, quien la seleccionó para ser la cara de Chanel en 1998. A partir de allí, Schiffer participó en incontables campañas publicitarias para la casas de moda de alta costura, ayudando a dar forma a la estética de la moda de su tiempo. Tuvo un impacto que excedió el mundo de las revistas y las pasarelas. Schiffer dio el salto a la gran pantalla con películas como «Love Actually», «Zoolander 2». Además consiguió varias colaboraciones también en programas de televisión.
Ella fue mucho más que una cara bonita a lo largo de los años. Ha utilizado su voz y su estatus en la industria para fomentar causas como la concienciación sobre la enfermedad del VIH y la conservación medioambiental, y ha tenido sus propias obras de caridad y participaciones en organizaciones benéficas en todo el mundo.
Sin embargo, aunque se desconecta, Schiffer ha demostrado ser una fuerza relevante en el mundo de la moda. Su capacidad de mantener su encanto y carácter fuera de las pasarelas, le han otorgado un valor extra como recurso humano y la han convertido en el ídolo y referente de muchos apasionados de la moda. Su legado también se mantiene muy vivo entre la última generación de modelos, muchos de los cuales todavía buscan en las páginas de los archivos editoriales a la alemana.
Mucho más que un rostro bonito, Claudia Schiffer es un símbolo de elegancia, inteligencia y compromiso. Su huella en la moda y la cultura popular todavía hoy prevalecen. Y su impacto será sentido mucho tiempo después de que las últimas colecciones en las que participó, se hayan puesto en el rincón de los recuerdos. La gracia atemporal y la profundidad en su compromiso con causas nobles mantiene a Claudia Schiffer arraigada dentro del gremio de las figuras emblemáticas en el entretenimiento de la moda.
