La cesárea se puede definir, en líneas generales, como la técnica quirúrgica que se practica en obstetricia para la extracción del bebé, a través de una incisión abdominal, y la placenta del útero materno. Se realiza cuando el parto vaginal, por diferentes motivos, no es posible. Las cesáreas pueden ser programadas o de urgencia, cuando surgen dificultades durante el parto que pueden poner en peligro la salud de la madre y del futuro bebé.
Es un hecho constatado que en los últimos años han aumentado los partos por cesárea. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), tan solo el 10-15% de los nacimientos requieren esta intervención para evitar poner en riesgo la salud de la madre o del bebé. En España, según datos de 2013, los nacimientos por cesárea superaron el 27%.
Ventajas
La cesárea puede ser la mejor solución para el parto ante determinadas situaciones. Así, por ejemplo, es una técnica indicada en los casos en los que el feto es muy grande y la madre presenta una pelvis muy estrecha, cuando la madre es primeriza y el niño viene de nalgas o de espalda, por patología materna (eclampsia, diabetes, epilepsia, etc.), en casos de embarazos complicados de gemelos, anomalías en el feto o en la posición de la placenta (para evitar desprendimientos), obstáculos en el canal del parto por la presencia de fibromas, prolapso del cordón umbilical, dilatación insuficiente del cuello del útero o cuando aparecen señales de sufrimiento fetal (problemas de ritmo cardíaco…).
Inconvenientes
La cesárea es una operación que puede conllevar riesgos, de ahí que solo deba realizarse en casos muy concretos. El parto por cesárea puede tener más riesgos que el parto vaginal, siendo más largo el periodo de recuperación de la madre, que deberá permanecer más días en el hospital (entre 3-4 días). La recuperación completa se puede prolongar durante un mes.
Otra de las complicaciones que pueden surgir por la cesárea es el sangrado excesivo causando anemia en la madre. En algunos casos puede ser necesario realizar una transfusión de sangre. Las complicaciones postquirúrgicas pueden ser infecciones (de orina, de la herida o de la matriz) o fallo en la sutura, entre otras.
Después de un parto por cesárea conviene esperar un año antes de quedarse de nuevo embarazada para asegurar la correcta y completa cicatrización. Dar a luz por cesárea en el primer hijo no significa necesariamente que el segundo hijo no nazca por parto natural o vaginal.
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