Usar el chupete, o chuparse el dedo, se conoce como succión no nutritiva, un hábito al que los más pequeños también recurren para sentirse más seguros. Saber hasta cuándo el niño puede utilizar el chupete y si su uso prolongado puede afectar a la futura dentición son algunas de las preguntas más comunes que se hacen los padres. De igual manera también es importante prestar atención a la elección y cuidados del chupete. Vamos a ver más detenidamente todas las respuestas.
Riesgos del uso del chupete
Según los expertos es importante que a partir de los tres años ya no usen chupete, ya que prolongarlo puede hacer a los niños más vulnerables a tener problemas de maloclusión (incorrecta alineación de los dientes superiores, mandíbula pequeña o muy prominente) o deformaciones óseas de la arcada dental. Lógicamente, además de la edad a la que se retire el chupete, influye el tiempo que el niño pasa succionándolo. El chupete no solo puede afectar al desarrollo de los dientes, también a la cara y, en concreto a los músculos que intervienen en la masticación.
Para reducir las consecuencias que pueda tener sobre los dientes y la boca, lo más aconsejable es elegir chupetes pequeños y de tetina anatómica, ya que además resultará mucho más fácil su retirada. Asimismo, desde el principio hay que acostumbrar al niño a usar el chupete solo cuanto llora o tiene sueño. Es decir, hay que evitar que tenga el chupete de manera constante en la boca.
Hay otro efecto que también puede tener sobre los dientes el uso del chupete y son las caries, causadas por la costumbre de impregnar el chupete con leche, miel o bebidas con azúcar para favorecer el sueño o relajación del niño. Las caries, de hecho, no son solo cosa de adultos ya que pueden aparecer a cualquier edad. Además, cuando aparecen en los dientes de leche, sino se tratan puede afectar a la dentición definitiva.
Uso del chupete
El chupete debe desaparecer antes de los tres años de dad. Además, y siguiendo los consejos de la Sociedad Española de Odontopediatría, es aconsejable no utilizar el chupete en los primeros días de vida hasta que esté instaurada la lactancia materna. De igual manera conviene tener varios chupetes, para que no se acostumbre solo a uno, ya que cuando haya que sustituirlo resultará mucho más difícil y a buen seguro será motivo de rabieta.
Además de elegir siempre un chupete del tamaño adecuado y con forma anatómica, hay que lavarlo con agua y jabón de manera frecuente y tirarlo en cuanto la tetina se deteriore. Si se cae al suelo, lavarlo con agua.
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