Sueño infantil: ¿Cuántas horas deben dormir?

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Sueño infantil: ¿Cuántas horas deben dormir? Lo recomendable, según los expertos, es que los más pequeños de la casa duerman diez horas. El sueño, dormir bien, es esencial tanto para los adultos como para los niños, en cuyo caso influye en múltiples áreas, incluido el crecimiento del sistema nervioso. El número de horas que se duerma influye directamente en el crecimiento, el desarrollo de la conducta y en el rendimiento escolar. Promover y adoptar unos hábitos saludables desde los primeros años es importante. ¿Cómo conseguirlo?
 
La respuesta a esta pregunta viene de la mano del Instituto de Investigaciones del Sueño, colaborador de la campaña educativa I have a dream (Tengo un Sueño) de Philips (incluida dentro del programa global SimpliHealthy@Schools) para promover hábitos saludables de sueño entre los más jóvenes. ¿Cuántas horas se recomienda que duerman los niños? Diez horas, según los expertos, pero no todos los padres y niños siguen esta recomendación. De hecho, según datos del propio Instituto, seis de cada diez niños duermen menos horas, lo que entre otros trastornos puede provocar somnolencia diurna. Además, los especialistas también apuntan a que dormir poco o dormir mal predispone en las edades más tempranas (infancia y adolescencia) a padecer diabetes y problemas de sobrepeso u obesidad.
 
La falta de sueño, o el dormir mal, influye directamente en el crecimiento, desarrollo y en el rendimiento escolar del niño. Una falta de sueño que responde a que cada vez se retrasa más la hora de irse a la cama. De hecho, un dato curioso que han aportado las últimas encuestas y estudios es que los niños de ahora se acuestan hasta media hora más tarde de lo que lo hacían los niños en la década de 1980. Dormir poco durante la infancia y la adolescencia también nos hace más vulnerables a padecer trastornos del sueño a medida que nos hacemos mayores.
 

Hábitos saludables de sueño

Hay una serie de consejos para dormir mejor que podemos aplicar tanto a los adultos como a los niños. Así, por ejemplo, es aconsejable tener una rutina u horario regular de irse a dormir y de levantarse. Es uno de los hábitos saludables, como el de crear un ambiente relajado, silencioso y tranquilo, con una temperatura que oscile entre los 18 y los 22 grados. Es conveniente evitar la luz fuerte y que ésta vaya dirigida directamente a los ojos. La cama debe tener un tamaño adecuado y con espacio suficiente para moverse.
 
Antes de irse a la cama, se debe disminuir el ritmo de actividad, empleando por ejemplo rutinas previas al sueño (leer un cuento, por ejemplo, en el caso de los más pequeños). También hay que evitar irse a dormir nada más terminar de cenar. Es aconsejable en este caso que pasen al menos dos horas antes de acostarse, por lo que conviene que los más pequeños cenen pronto.
 
La siesta tiene sus beneficios, pero es importante que no supere los 20-30 minutos, para evitar la desincronización a la hora de acostarse por la noche, sobre todo en el caso de los niños.
 
Tanto en el caso de los adultos como de los niños, debemos evitar quedarnos dormidos con la televisión o escuchando la radio (salvo que disponga de desconexión automática), ya que los cambios de volumen y sonido alterarán el ritmo del sueño, fragmentándolo y restándolo calidad al descanso.

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