Siempre nos dicen que tener un hijo es una decisión muy importante porque deberemos encargarnos de él durante muchos años. Pero, ¿qué ocurre entonces? ¿Qué ocurre cuando se marcha definitivamente de casa y comienza una nueva vida? Es aquí donde aparece el síndrome del nido vacío. Te contamos 5 claves para entenderlo a la perfección.
1. No aparece inmediatamente
Pese a lo que se cree, el día siguiente al que se marche nuestro hijo no sentiremos este sentimiento de soledad tan profundo, sino que aparecerá de forma progresiva durante las semanas o meses posteriores.
2. Se traduce en soledad
La casa nos parece más vacía que nunca, y es que por muy ruidoso que fuera ahora mismo pagarías para que volviera a casa. Es esta sensación de soledad la que deriva en otros sentimientos negativos, como pueden ser la tristeza, la melancolía, la irritabilidad o la ansiedad.
3. Puede ser separación emocional
No tiene por qué darse exclusivamente una separación física para que aparezca el síndrome, sino que también puede darse cuando hay una ruptura emocional. Cuando nos peleamos con ellos y se van de casa o cuando tenemos la impresión de que hemos perdido la influencia sobre ellos suele darse con más fuerza.
4. Es más frecuente en mujeres
Aunque puede darse en ambos sexos, lo cierto es que se dan un mayor número de casos en mujeres. Esto se debe a que el vínculo que se crea entre madre e hijo suele ser mucho más fuerte al ser la encargada de ofrecerle sus cuidados. Por supuesto, los roles están cambiando e incluso igualándose, por lo que actualmente también se dan muchos casos en hombres.
5. Se puede prevenir
Si quieres evitarlo, es muy importante que cuides la relación de pareja y no la dejes de lado por atender a tus hijos. Esto os animará a practicar vuestros hobbies favoritos antes y después de que nazcan vuestros hijos. Esto también les dará autonomía para que decidan si quieren compartir vuestras aficiones o no, por lo que aceptarás que cada uno escoge al final un camino. Si aun así te resulta muy dura la partida de tu hijo, puedes pedirle que se marche de forma progresiva para que ambos podáis acostumbraros a los cambios.
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