Salmón durante el embarazo: ¿Por qué es bueno?

Salmón
Salmón durante el embarazo: ¿Por qué es bueno? Desde hace años existe un gran debate sobre qué pescados se han de ingerir, y cuáles no, mientras estamos embarazadas. Científicos de la Universidad de Granada han demostrado, en este aspecto, que comer salmón, dos veces por semana, resulta beneficioso para todo el periodo de gestación, pero sobre todo en los tres últimos meses. Este tipo de pescado, por su alto contenido de Omega-3, aumenta el ácido graso en las mujeres y sus fetos, algo sumamente positivo ya que mejora las defensas antioxidantes, el colesterol y beneficia al desarrollo del bebé.
 
Muchas son las opiniones, que además varían a lo largo del tiempo, sobre qué alimentos, se han de ingerir mientras estamos embarazadas. Las propiedades de los alimentos que nosotras comemos son los que les aportaremos a nuestro bebé, por lo que es muy importante no solamente cuidarse físicamente sino también cuidar la dieta a lo largo de todo el embarazo.
 
Estudios recientes de la Universidad de Granada han demostrado que ingerir salmón, dos veces por semana, es sumamente beneficioso tanto para la madre como para el feto ya que contribuye a una reducción de la tasa de colesterol y mejora el desarrollo cognitivo del bebé.
 
El motivo es que este tipo de pescado contiene ácidos grasos Omega-3 muy beneficiosos para el cuerpo y el cerebro del ser humano así como bajos componentes de mercurio que hacen que sea un pescado que no puede faltar en la dieta de cualquier mujer embarazada.

¿Qué es el ácido graso Omega-3?

 
El ácido graso Omega-3 es un ácido graso esencial que tiene efectos positivos sobre nuestra salud. Procede, principalmente, del pescado de mar.

¿Por qué es bueno el ácido graso Omega-3?

El Omega-3 protege al organismo de problemas cardiovasculares, alteraciones de nuestra visión o patologías que están relacionadas con el sistema neurológico, entre otras. Más específicamente, el Omega 3 es bueno para:

¿Qué alimentos son ricos en ácidos grasos Omega-3?

El pescado azul es la principal fuente de ácidos grasos Omega-3, dentro de estos existen muchas variedades como sardinas, bonito, atún, boquerones, jurel, caballa, trucha de mar, rodaballo… y por supuesto el salmón.
 
El salmón no solamente tiene un alto contenido en aceites grasos Omega-3 sino que tiene un bajo componente en mercurio, lo que hace que sea el elemento indispensable en la dieta de una mujer embarazada.
 
Pero no solamente es el pescado azul el que aporta este tipo de grasas ya que actualmente podemos encontrar en el mercado preparados lácteos que son enriquecidos con este ácido. Las nueces, semillas, pipas de calabaza, galletas o cereales enriquecidos también tienen este aporte.

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