Fiebre alta y erupción cutánea son dos de los síntomas características de una enfermedad viral y severa, causada por dos virus del herpes, y que afecta generalmente a los niños de entre 6 meses y 2 años de edad, aunque pueda aparecer hasta los 4 años. Es un trastorno agudo, cuyas señales no debemos subestimar. Otros síntomas que también pueden acompañar la aparición de la roséola, también conocida como sexta enfermedad, son irritabilidad, dolor de garganta y enrojecimiento de los ojos. El tratamiento suele ser bastante sencillo, con la administración de paracetamol para la fiebre y baños de agua fría con esponja.
Síntomas Los síntomas iniciales son muy similares a los de una gripe común: fiebre muy alta (más de 39 grados), conjuntivitis, erupción de color rojo (llamado exantema ), fatiga y pérdida de apetito, hinchazón de los ganglios linfáticos en el cuello e irritabilidad. También es posible que el niño puede experimentar convulsiones y espasmos, lo que puede conducir, en última instancia, a la pérdida de la conciencia. En estos conviene acudir de manera urgente al médico más cercano.
El síntoma más característico, sin embargo, sigue siendo la erupción, que generalmente aparece en la zona del tronco y el cuello y luego se extiende a la cara y las extremidades, desapareciendo a las 24-48 horas. Todos estos síntomas, sin embargo, pueden aparecer juntos y, en ocasiones, hacer pensar que se puede tratar de otras enfermedades en los niños. Para un diagnóstico certero debemos consultar siempre al pediatra.
Infección La sexta enfermedad o roséola se transmite por contacto directo con moco, saliva en forma de gotitas emitidas al toser o hablar. A diferencia de la gripe, sin embargo, esta enfermedad no tiene estacionalidad, por lo que puede ocurrir en cualquier época del año. Si se trata adecuadamente, los síntomas desaparecen entre tres días y una semana. En cuanto a la atención, no existe un tratamiento específico, pero sí se puede intervenir para aliviar los síntomas. El médico, por lo tanto, prescribirá los medicamentos para bajar la fiebre.
Es importante recordar que dado que es una enfermedad viral no sirve de nada tomar antibióticos. De igual manera, se recomienda hidratar bien a los niños y bebés si padecen la roséola, ya que la fiebre provoca la pérdida de muchos líquidos. Además de leche, se puede tomar caldo y agua para reponer estas pérdidas hídricas.
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