¿Disfrutar del sol? Sí, pero con la debida protección, una de las reglas básicas para prevenir problemas de salud relacionados con el exceso de calor. Tal y como nos recuerdan los expertos, nuestra piel tiene memoria, así que recuerda cada una de las exposiciones realizadas. De ahí la importancia de extremar las precauciones, sobre todo en el caso de los más pequeños. Hay que evitar que se quemen o que estén demasiadas horas al sol, por ejemplo, sin una gorra en la cabeza. También es aconsejable que, a partir de una determinada edad, utilicen gafas de sol.
Hasta los 6 meses, bajo ningún concepto, los bebes deben ser expuestos al sol de forma directa sin protección. Siempre que estén al aire libre es conveniente proteger la piel en zonas descubiertas con filtros solares de alta protección (desde los 6 meses y hasta los 14 años se recomienda utilizar protectores solares minerales, sustancias que no dejan pasar el sol. El uso de sombreros, sombrillas, vestido adecuado y filtros de protección solar son fundamentales.
El sol y los niños Toma nota de estos 10 consejos que nos evitarán cometer errores a la hora de exponer a los niños al sol:
- Aplicar crema solar al menos cada 2-3 horas, y después de cada baño, aunque en la etiqueta se indique que es resistente al agua. Toda la piel expuesta debe quedar bien protegida. Aplicar la cantidad insuficiente reduce la protección.
- Los días nublados también hay que aplicarse crema: La radiación se reduce en un 30%, pero puede provocar igualmente quemaduras si nos exponemos demasiado al sol. Otro error es pensar que tampoco hay que ponerse crema si estamos debajo de la sombrilla.
- Cuidado con el agua y la arena: Reflejan los rayos de sol, por lo que aumentan la exposición.
- Los primeros días la exposición será de corta duración, evitando las horas centrales del día.
- Ofrecer al niño más cantidad de agua, y después del baño al regresar de la playa o piscina, utilizar cremas hidratantes.
- Si el destino de vacaciones con los niños es la montaña, también hay que cuidar la protección ya que la radiación del sol es mayor.
- Camisetas, gorras, gafas… están especialmente diseñadas para evitar el efecto directo del sol sobre la piel.
- Aplicar crema protectora en las palmas de las manos y de los pies.
- Extremar las precauciones cuando se tienen antecedentes familiares de cáncer de piel.
- No aplicar crema directamente sobre las costras de las heridas, es mejor taparlas con sticks protectores o tiritas.
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