El inicio del curso en un nuevo ciclo, en este caso en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) conlleva algunos cambios importantes para nuestros hijos. No solo pisarán por primera vez el que será su nueva aula durante el curso, sino que tendrán nuevo horario, compañeros y profesores. Además hay un aspecto muy importante y que, tanto padres como educadores, deben tener en cuenta, y es que el paso a la ESO se produce además en un momento determinante en el desarrollo del niño. Es decir, cualquier cambio en su vida personal o académica puede afectar a su crecimiento y desarrollo físico y emocional. ¿Cómo podemos ayudarles?
Lógicamente todo cambio implica un periodo de adaptación, durante el cual debemos estar muy pendientes de nuestros hijos, ya que ello será determinante en los buenos resultados académicos. Y no solo en su rendimiento escolar, también en su desarrollo como personas adultas. A esto hay que sumarle, como hemos señalado antes, que el cambio de ciclo educativo coincide con el paso de la infancia a la adolescencia (a los 12 años), un momento clave en su desarrollo personal que también implica cambios emocionales.
Sobre todo al inicio del curso hay que estar atentos a posibles cambios de humor y de conducta que detectemos, cambios bruscos como mal genio, nerviosismo. En estos casos, no conviene dejar pasar mucho tiempo si hablar con tu hijo/a para abordar el problema, si lo hubiera, de la mejor manera.
¿Qué cambia al pasar a la ESO? Nuevos profesores, nuevos compañeros y, sobre todo, un nuevo centro (el paso del colegio al instituto) al que adaptarse y al que los alumnos de primero de la ESO llegan como los más pequeños. Además, a partir de la ESO aumentan las materias y, por tanto, el número de horas lectivas y las exigencias de estudio. Según establece el sistema de enseñanza español, el horario es de 30 horas a la semana.
Los padres deben seguir desempeñando un papel fundamental en esta etapa educativa. Aunque por edad los niños vayan disfrutando de más libertad, hay que estar pendientes de su evolución y de las necesidades que puedan tener en cualquier momento, transmitiéndoles su ayuda. Para ello, hay que mantener comunicación con nuestros hijos sobre los estudios y la vida en el instituto, mantener contacto con los profesores del centro. También es importante estar informado de su círculo de amigos, ya que a partir de la adolescencia éstos tienen una gran influencia.
Hay otros aspectos importantes que también favorecerán su rendimiento escolar, como el disponer de una habitación para estudiar, elaborar un horario de estudio, el respetar los horarios de las comidas (cuidar la alimentación) y de sueño y, sobre todo, motivar, alentar y reforzar para que alcancen sus objetivos y ayudarles cuando algo no sale bien.
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