Aunque lo más común es que durante el embarazo aumente el apetito, también puede darse la situación opuesta, una pérdida de apetito que, de igual manera, no conviene subestimar. El temor a ganar más peso del debido durante el embarazo suele ser una preocupación recurrente, pero en otras ocasiones las mujeres embarazadas se quejan de la falta de apetito, muchas veces vinculada con las náuseas. Pero puede haber más causas, las cuales vamos a ver a continuación, así como las mejores soluciones para frenar la pérdida de apetito durante el embarazo.
Causas La alimentación es un aspecto esencial a cuidar durante el embarazo. De la misma manera que hay que evitar los excesos y seguir una dieta sana y equilibrada (comer para dos, no por dos), también hay que vigilar la aparición de un síntoma menos frecuente, la falta de apetito. Entre las principales causas está el aumento de la denominada hormona HCG que, además de provocar náuseas y vómitos, genera pérdida de apetito durante los primeros meses del embarazo. De igual manera, esta pérdida de apetito también puede estar relacionada con el aumento del nivel de la progesterona, la hormona que retarda el proceso de la digestión.
Durante el segundo trimestre de embarazo, sobre todo entre el cuarto y el sexto mes, y en menor medida en el tercer trimestre, la pérdida de apetito suele estar causada por la ralentización del sistema digestivo debido a la presión del útero en la parte inferior del intestino, así como a la presión del feto en el abdomen, lo que reduce el espacio disponible para los alimentos.
La disminución en el apetito, en ocasiones, también está relacionada con un problema de estreñimiento o de gases. Otra causa también la encontramos en la acidez estomacal, una de las molestias más comunes del embarazo. La acidez suele llevar a la futura madre a comer menos para aliviar los síntomas. El estrés también puede hacer perder el apetito.
Qué hacer En el caso de pérdida de apetito durante el embarazo hay que adoptar una dieta lo más equilibrada posible, evitando saltarse las comidas. La pérdida de peso y la desnutrición son dos riesgos para la salud de la madre y del futuro bebé. En caso de que el apetito desaparezca en la recta final del embarazo, lo más aconsejable es comer menos pero más veces al día, aproximadamente cada tres horas. Esta es una solución eficaz también para paliar las náuseas típicas del embarazo en los primeros meses.
En cuanto a los alimentos, conviene evitar los huevos, alimentos grasos y picantes, dando prioridad a una dieta rica en vegetales de hojas verdes y alimentos ricos en fibra. Respecto a las bebidas, lo mejor es tomar agua, infusiones o zumos naturales, evitando las bebidas gaseosas o azucaradas que llenan demasiado el estómago, sobre todo antes de las comidas.
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