No tengo leche y no puedo darle el pecho: Causas y soluciones

Lo primero que debes saber a la hora de afrontar este problema es que sí que tienes leche. Al igual que el resto de la población mundial femenina que acaba de tener un bebé. Así que no te agobies porque todo tiene solución. Te contamos cuáles son las causas de que todavía no te haya subido la leche y cómo puedes conseguir que lo haga.

Tienes leche, solo tienes que esperarComo decíamos antes, eso de que no tienes leche y no puedes dar de mamar a tu bebé es falso, una especie de falso mito. Al dar a luz, todas las mujeres generan leche. En realidad, que la leche ‘suba’ se debe a la succión que ejercen los niños cuando se ‘enganchan’ a tu pecho.

Con esta acción ponen en funcionamiento una glándula cerebral, que se llama hipófisis, y esta glándula es la que se encarga de generar la hormona de la prolactina, es decir, la que se encarga de ‘fabricar’ la leche.

Durante las primeras 72 horas después del parto, el cuerpo de la mujer genera una pequeña cantidad de calostro (una especie de leche súper potente) que basta para alimentar al bebé durante ese tiempo. Después, y de forma totalmente natural, comienza a crear la leche materna normal.

El volumen de leche que tu cuerpo genera también depende del ritmo al que succione tu pequeño. Cuanto más rápido sea, mayor cantidad de leche tendrás y viceversa. En el momento en el que el bebé comience a mamar, tu cuerpo será capaz de darle todo el alimento que necesita, al menos durante los seis primeros meses de vida, (tal y como recomienda la OMS). Así que lo mejor es comenzar con la lactancia cuanto antes.

Para que este periodo se convierta en esa experiencia increíble de la que hablan tantas mujeres lo mejor es que te relajes. Deja que la naturaleza siga su curso, porque es muy sabia. Olvídate de horarios estrictos para las tomas y limítate a alimentar a tu hijo cuando tenga hambre, él te lo hará saber son sus llantos, así que tranquila.

Otro truco que siempre funciona para que los bebés saquen el máximo partido a la leche materna es el de no darles ningún otro líquido aparte de tu propia leche. Si lo haces, su tripita se llenará y no tendrá ganas de comer. Y por la hidratación no te preocupes, porque con tu leche tiene más que suficiente para estar en perfectas condiciones.

Gestione cookie