Mindfulness para niños: Técnicas para probar en casa

El mindfulness para niños es una herramienta terapéutica que reporta beneficios a la salud emocional. El mindfulness o atención plena enseña a prestar atención a lo que sucede en el momento presente y a canalizar las emociones. ¿Cómo enseñar mindfulness a los niños?

Entre los beneficios del mindfulness, una técnica cada vez más presente en las aulas de los colegios, destaca el ayudar a controlar las situaciones de estrés, mejorar la empatía, incentivar la curiosidad y la creatividad y, en especial, a resolver conflictos sin dejarse llevar por emociones negativas como enfado, ira o frustración.

Actividades mindfulness para niños

mindfulness para niños ejercicios

Una buena manera de enseñar mindfulness a los niños es poner en práctica una serie de ejercicios en casa. Favorecer la relajación mental reporta beneficios tanto a los adultos como a los niños, por eso los beneficios de técnicas como la práctica de yoga con niños o en este caso del mindfulness, son extensivas a los más pequeños de la casa. Tomamos nota de algunos ejercicios de mindfulness para niños para enseñar a percibir lo que sienten o piensan.

Mirar una vela ayuda a controlar el flujo de pensamientos y a favorecer la relajación. La vela se puede sustituir por otro objeto sobre el que hay que fijar la atención, sin pensar en nada más. Un ejercicio que mejora la atención, concentración y memoria.

Un ejercicio para favorecer la relajación y trabajar la respiración. Consiste en centrar al atención en el aire que inhalamos e imitar que hinchamos un globo. La respiración debe ser lenta y profunda, notando como el aire llega hasta el estómago.

Un ejercicio para mejorar la atención auditiva y que consiste en llenar 3 copas con agua (diferentes cantidades) y hacerlas sonar una a una. El niño debe estar atención al sonido y cuando finalice levantar la mano para tocar la siguiente copa.

Un ejercicio que combina los beneficios de la música y el mindfulness. Primero ponemos a los niños el sonido de un instrumento musical, y a continuación una canción en la que tendrán que indicar el momento en que aparezca el instrumento.

Un ejercicio perfecto para activar la memoria y la imaginación. En una postura cómoda, y con los ojos cerrados, se trata de dejar volar la mente hasta el lugar preferido del niño. Un lugar que le iremos pidiendo que nos describa, como si estuviéramos dando un paseo. Este mismo ejercicio se puede realizar con un objeto que el niño debe describir como si nunca antes lo hubiéramos visto.

Para este ejercicio llenamos un recipiente con agua, con la suficiente cantidad para que el niño pueda sumergir la mano. Se trata precisamente de notar y describir las sensaciones que experimenta al tocar el agua y mover los dedos. Un ejercicio sencillo para mejorar la concentración y favorecer la relajación mental.

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