Mentiras infantiles ¿por qué las dicen? Todos los seres humanos mentimos, incluso varias veces al día por lo que es lógico que los niños también lo hagan. Las mentiras en los niños no tienen por qué ser un problema, ya que es algo natural que muchas veces aprenden de sus propios padres, que son a los primeros que ven decirlas, y quienes les sirven día a día como ejemplo a la hora de hacerse mayores. Pero como cualquier tipo de excesos, las mentiras en abundancia no son buenas, por lo que tampoco te debes descuidar si las de tus hijos son excesivas, y ponerle solución cuanto antes en los casos en los que sea necesario.
Educar bien a los hijos no es tarea fácil, porque no solo hay que estar pendiente de su comportamiento e irles corrigiendo en la medida que vayan haciendo las cosas mal, sino que los padres también tienen que servir de ejemplo y actuar correctamente, ya que los hijos estarán al tanto de todo lo que hagas para aprender de ello.
Por eso, muchas veces cuando vemos que los niños dicen mentiras debemos tener en cuenta que la mayoría de las veces es porque antes lo han visto hacer a los adultos. Según dice el psicólogo Antonio Escaja, uno de los autores del libro “Saber educar hoy”, la mentira es algo innato pero que también se aprende.
Además debemos tener en cuenta que aunque la mayoría de mentiras que decimos a lo largo del día son piadosas, como las que les puedes decir a la pareja, el niño muchas veces no distingue entre ellas y por eso él acaba mintiendo sobre lo que debe y lo que no.
El psicólogo Escaja dice que los niños no hacen caso a lo que dicen los adultos sino que imitan lo que ven y por eso, si tu hijo te ve que hablas con una persona amablemente y en cuanto se da la vuelta la pones verde, él pensará que eso está bien y que el también lo puede hacer con sus compañeros de clase.
Otro de los motivos más usuales por los que los niños mienten es porque utilizan las mentiras como un mecanismo de defensa ante situaciones en las que pueden sentir que van a defraudar a sus padres o que no alcanzan las expectativas que se esperaban de ellos. Saben que si cuentan la verdad puedes regañarles con lo que optan por decir una mentira. En estos casos lo mejor es hacerles ver que está mal lo que han hecho pero sin amenazarles con un castigo. Hazles ver que les quieres tal como son y que no deben aparentar otra cosa a través de una mentira.
El exceso de imaginación de los niños también le puede llevar a decir muchas mentiras por lo que intenta que canalicen esas ideas por otras vías, como las manualidades.
Los niños siempre mentirán, igual que lo hacemos los adultos, y es algo que hay que aceptar, pero se debe controlar cuando éstas son excesivas e insisten en mantenerlas una vez que se le han pillado, o cuando se dicen para hacer daño a otras personas.