Cuando un bebé no nace mediante parto vaginal, existe el riesgo de que sufra determinados tipos de problemas respiratorios o inmunológicos.
Un parto puede acabar en cesárea por determinados motivos como, por ejemplo, que el bebé venga de nalgas, que tenga la cabeza demasiado grande como para atravesar el canal vaginal, o que, tras tener contracciones regulares, el cuello del útero no disponga de las condiciones correctas para el alumbramiento. Situaciones que, antiguamente, acababan comúnmente en tragedia, y que ahora se resuelven mediante este procedimiento que en la inmensa mayoría de los casos no acarrea ningún problema, ni en el momento, ni a futuro.
Se trata de una operación quirúrgica y, como tal, se intenta evitar al máximo, ya que puede conllevar algunas complicaciones tanto para la mamá como para el bebé; como cualquier otra intervención. A continuación, vamos a explicar los diferentes problemas que puede tener para el pequeño nacer por cesárea.
Los problemas que podría tener un bebé si nace por cesárea
En primer lugar, cuando se hace una cesárea, el bebé puede tener ciertos problemas respiratorios porque, en ocasiones, no expulsa del todo el líquido que tiene en los pulmones. Al tardar más tiempo en echarlo, le puede costar más respirar en sus primeros instantes de vida. Además, el pequeño corre el riesgo de sufrir hipoglucemia, cuando el azúcar en sangre es bajo, e hipotermia, cuando la temperatura del recién nacido está por debajo de los valores normales.
Asimismo, cuando un bebé no nace por el canal de parto, no adquiere las bacterias beneficiosas que le aporta su madre, lo que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades inmunológicas, como puede ser diabetes de tipo 1, obesidad, asma, etc. Pero no solo afecta al neonato físicamente, también lo hace psicológicamente debido a que hay una menor carga hormonal, y estas hormonas son muy útiles para que el pequeño pueda adaptarse al nuevo entorno y para la lactancia; en definitiva, para facilitar el vínculo de la nueva mamá y bebé. No obstante, si llegado el momento el parto finaliza con una cesárea, no te alarmes, porque puedes disminuir los riesgos si realizas el piel con piel. De hecho, en muchos hospitales se hace.
En caso de que no puedas llevarlo a cabo inmediatamente después del parto, realízalo en cuanto puedas. Además, la lactancia materna ayudará a que el vínculo mamá-bebé sea mayor, y, sobre todo, podrás transmitirle bacterias beneficiosas para ellos. Finalmente, es importante que sepas que no en todos los partos por cesárea ocurre esto y que puede darse el caso de que en un alumbramiento vaginal haya más problemas. Por eso, lo ideal es que hables con tu médico por si te surge cualquier duda y, de esta manera, puedas quedarte más tranquila.