Limpieza bucal en bebés: ¿Cómo realizarla correctamente? La boca es una de las partes de nuestro cuerpo que más bacterias ingiere al cabo del día. Una gran parte de las enfermedades víricas que contraemos al cabo del año proceden por la inhalación o ingesta a través de la boca, así como los problemas y enfermedades que se producen por una incorrecta limpieza bucal. Parece que los adultos estamos concienciados y queremos concienciar a nuestros hijos de la importancia de lavarse los dientes frecuentemente para evitar las tan temidas caries y problemas derivados de la mala limpieza bucal. Sin embargo, ¿tenemos el mismo cuidado bucal con los bebés? Ellos también necesitan de un cuidado y limpieza. Sigue leyendo y aprende cómo hacerlo.
Que la limpieza bucal es una de las más importantes de día a día no tiene discusión posible.
Gracias a una correcta limpieza bucal, sabiendo cómo hay que lavarse los dientes para que estos queden completamente limpios sin ningún residuo que pueda afectar a la larga a nuestra dentición o problemas más graves, podemos evitar numerosos problemas que no solamente son un problema para la salud, sino que también son problemas antiestéticos y económicos.
En el caso de los bebés muchas personas no se dan cuenta que también necesitan una limpieza. Si bien es cierto que no tienen dientes y que aún no comen sólido, la leche materna es un alimento para ellos y no olvidemos que también tocan todo aquello que se ponen por delante y posteriormente se llevan la mano a la boca con lo que los gérmenes y virus se instalan en sus encías y en su lengua pudiendo provocar infecciones o incluso enfermedades.
¿Cómo limpiar correctamente la boca a un bebé?
Aunque los dientes no empiezan a aparecer en los bebés hasta los seis meses, más o menos, no debemos esperar hasta entonces para comenzar con un hábito de limpieza bucal para nuestros pequeños.
Para realizarlo de la forma correcta debemos utilizar un paño o gasa húmeda, que esté lo más desinfectada y lo más limpia posible y frotarle las encías nada más después de alimentarlo. Al igual que hacemos nosotros después de cada comida, la rutina para ellos ha de ser la misma.
La forma correcta de realizarlo es simple y consiste en realizar lo siguiente:
- Después de dar la toma al pequeño envuelve uno de tus dedos con un paño o gasa limpia y humedecida con agua y limpie cuidadosamente la boca de su bebé.
- Para ello frote las encías y la lengua del pequeño. Al igual que ocurre con los adultos, la lengua es fundamental en la limpieza ya que retiene muchas bacterias.
- En el caso de que el pequeño ya comience a tener sus primeros dientes podemos optar por cambiar el paño o gasa por un cepillito de cerdas muy suaves especialmente diseñados para bebés.
- Para el caso de los bebés bastará con limpiarles la boca únicamente con agua ya que la leche materna o el biberón puede tener algún germen pero no será necesario de la pasta dental.
El tener este cuidado diario con la boca de nuestros pequeños podremos asegurarnos, al menos en un alto porcentaje, que al menos durante sus primeros años de vida no tendrá caries ni problemas derivados de estos.