Durante la infancia se potencian los vínculos entre padres, madres e hijo y tenemos que saber reforzarlos conformen crecen los pequeños
Las relaciones entre padres, madres e hijos se irán marcando conforme los niños vayan creciendo y serán la base de las futuras relaciones que vayan teniendo progenitores e hijos. Se tratan de lazos tan fuertes que desarrollarán la personalidad de los niños.
Es por eso que las padres y madres deben de intentar que la unidad familiar crezca dentro de una armonía sólida donde no se produzcan grietas. Que los pequeños se desarrollen dentro de un ambiente de amor es fundamental, pero no solo eso, ellos deben percibir la seguridad y confianza que sus padres y madres les aportan.
Pero estos enlaces no se producen de buenas a primera, no nacen de la nada, requieren de un cuidado y un riego continuo para que terminen germinando, y solo se consigue con el contacto permanente a través de la educación, el aprendizaje y los juegos.
La unión entre padres e hijos es primordial
El contacto que los padres y las madres mantienen en la primera fase de la infancia es vital, pero también el emocional. Esto hace que a medida que los niños vayan cumpliendo años se potencien, pero también se vuelvan más complejas porque hay ingredientes que se deben ir incluyendo en la ecuación como el apoyo en momentos de decisiones al igual que el respaldo en la frustración. Con forme los niños vayan creciendo su tolerancia a la frustración es mejor.
El entorno que se le proporciona a los niños cuando los lazos son fuertes, aumenta en un crecimiento saludable. Se tratará como patrón a seguir en la mente de los pequeños y eso permitirá también relaciones sociales placenteras y saludables. Un niño que se siente querido, respetado y apoyado tendrá un concepto de sí mismo más positivo que el que no lo sienta. Además, tendrán una mayor valentía a la hora de establecer esas nuevas relaciones con sus iguales o afrontar nuevos retos, porque sabrán que cuentan con la base de su familia que les animará y respaldará.
Tan importante son estas conexiones que incluso pueden actuar de colchón para frenar el impacto que el estrés puede provocar en ellos, eliminando mayores índices de sufrir problemas psicológicos.
También son vitales para que la atención en el colegio crezca y que el futuro escolar sea mucho mejor. Estos vínculos contribuyen a que su rendimiento académico sea mejor.
El tiempo que pasemos con ellos, tiempo de calidad escuchándolos y comprendiéndolos, al igual que ayudarlos a resolver sus problemas y ensenándoles a entender sus sentimientos, son cuestiones básicas que tenemos que tratar para crear esas uniones permanentes.