La rayuela es uno de los juegos infantiles más populares y antiguos, el cual no solo ha sobrevivido al paso del tiempo sino que ha conquistado a más de una generación de niños. Un juego para niños que no conoce fronteras. Un juego sencillo, con los números como protagonistas, que se dibuja en el suelo con tizas de colores. La rayuela, también conocida como cuadrado, no solo es un juego divertido, sino didáctico. Por un lado, ayuda a desarrollar en el niño el sentido del equilibrio, para coordinar mejor los ojos, las manos y los pies. Por otra parte, enseña a escribir los números y fomenta habilidades como razonar o contar. Más de una mamá y un papá a buen seguro que en este momento están recordando cómo jugaban a la rayuela en el patio del colegio. Vamos a recordar las reglas y la historia de este divertido juego para enseñárselo a los más pequeños de la casa.
Historia y juego de la rayuela La rayuela es un juego conocido desde hace siglos. Entre los documentos más antiguos, una representación en un foso constata que la rayuela ya era conocida en tiempos de la antigua Roma.
La rayuela está pensada para jugar al aire libre y en una superficie donde se puede trazar la ruta que hay que saltar. Por lo general, el esquema a pintar (con una tiza, carbón o un palo) es de 10 cajas rectangulares que se suceden en sola fila. Cada caja tendrá un número, del 1 al 10. Los tres primeros cuadrados (números 1, 2 y 3) serán individuales e irán uno encima del otro; a continuación, dos cuadrados juntos colocados en posición horizontal (4 y 5); encima dos cuadrados seguidos individuales (6 y 7), y luego dos juntos (8 y 9); un cuadrado solo en la última fila (10).
Reglas del juego A este juego puede jugar más de un jugador. El primero realizará un lanzamiento (por lo general un guijarro o piedra pequeña), desde la marca de salida y en el que cuadrado en el que caiga será el que no pueda pisar. Los cuadrados individuales los tendrá que hacer con un solo pie, y los dobles, podrá apoyar un pie en cada cuadrado. Así hasta el final de la ruta y volver sin entrar en la caja en la que ha caído el guijarro. Una vez en la zona de la caja que contiene su propia marca, el jugador tendrá que recogerlo, mantener el equilibrio y volver al punto de partida. Si una línea es pisada o si pierde el equilibrio, así como el guijarro cae fuera de un cuadrado, el turno pasa al siguiente jugador.
El ganador es el primero en marcar todos los cuadrados con sus propias piedras, completando siempre la ruta.
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