La lactosa está presente en la leche de vaca, oveja y cabra, así como en sus derivados (yogures, mantequilla, queso, helados, postres lácteos…), en los productos de pastelería y bollería e, incluso, en los embutidos. El problema surge cuando nuestro organismo, en concreto el intestiono delgado, no es capaz de producir suficiente lactasa, la enzima cuya función es ayudar a digerir la lactosa. Aparece, entonces, la intolerancia a la lactosa, la cual suele desencadenar síntomas principalmente digestivos.
La intolerancia a la lactosa no solo es cosa de adultos, también de niños, siendo una de las frecuentes en la edad infantil. De hecho, la intolerancia puede hacerse extensiva a la leche materna. ¿Cómo reconocerla?
Los síntomas Si no se digiere correctamente, la lactosa tiende a fermentar en el intestino, favoreciendo la producción de gases intestinales. Otros síntomas típicos de la intolerancia a la lactosa en niños y neonatos son diarrea, dolor intestinal, distensión abdominal, flatulencia, y, en los casos más graves, deshidratación. Por lo general, estos síntomas aparecen entre una y dos horas después de consumir alimentos que contienen lactosa. La intensidad de los síntomas, en cambio, depende sobre todo de la cantidad de lactosa contenida en el alimento ingerido. Es cierto también que, en los niños, la afección a menudo se resuelve espontáneamente a medida que crecen, en torno a los 10-12 años.
Dieta El tratamiento efectivo contra la intolerancia a la lactosa es seguir una dieta adecuada. Por supuesto, deben excluirse todos los alimentos que contienen lactosa y, como hemos visto, eso incluye la leche, los productos lácteos y quesos, helados, galletas… De igual manera hay que vigilar los alimentos que esconden lactosa, entre ellos el jamón y los embutidos en general. Por lo tanto, recuerda que hay que leer siempre las etiquetas de los alimentos.
Al principio lo mejor es evitar todos los alimentos que contienen lactosa y luego incorporarlos a la dieta de manera gradual para ver el grado de tolerancia, ya que en algunos casos no es total, solo parcial. Eso sí, esto debe hacerse siempre bajo el consejo del médico o pediatra. No obstante, en la actualidad ya hay disponibles en el mercado alimentos sin lactosa, desde leche a queso, mantequilla y yogures.
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