Los escapes involuntarios de orina durante el sueño o incontinencia nocturna no son un problema solo de los niños –la denominada enuresis nocturna-, sino también de los adultos. De hecho, según datos médicos, se estima que en un 3% de los casos se alcanza la edad adulta con incontinencia nocturna. Un problema de salud que, por vergüenza, tendemos a ocultar, pero hay que recordar que hay tratamiento y curación para evitar los escapes nocturnos. Veamos más detenidamente cuáles son las causas y las claves para evitar los escapes nocturnos.
La incontinencia nocturna se puede convertir en un problema oculto que afecte a las relaciones interpersonales y a la vida social de quien la padece. Generalmente, por un sentimiento erróneo de vergüenza, la mayoría de los adultos que padecen incontinencia nocturna, tiende a ocultarlo y a no consultar al médico. Sin embargo, hay que recordar que estamos ante un problema de salud que tiene tratamiento y se puede controlar y curar.
La incontinencia urinaria es, en un porcentaje nada desdeñable de casos, un problema heredado de la infancia. Se estima, según datos médicos, que en torno al 16% de los niños de cinco años padece enuresis nocturna, y en un 3% de los casos el problema se mantiene al llegar a la edad adulta.
Causas
El factor genético pesa, y mucho, entre la enuresis infantil. Si los dos padres han padecido o padecen este problema las probabilidades aumentan más de un 70%. Asimismo, influyen otras causas, como la menor capacidad vesical, la segregación menor de hormonas antidiuréticas y el tener un sueño más profundo. Otro de los factores son las malformaciones en el sistema urinario.
Entre las causas más comunes de incontinencia nocturna en adultos, además de la enuresis arrastrada desde la infancia, se encuentran algunas patologías, como la producción excesiva de orina durante la noche –síntoma de diabetes insípida-, vejiga inestable –infecciones urinarias, diabetes, problemas de próstata- o el deterioro del suelo pélvico.
Tratamiento
Existe tratamiento para el problema de la incontinencia nocturna, basado fundamentalmente en fármacos antidiuréticos y anticolinérgicos y acompañado de una serie de medidas para reeducar la micción. Entre las novedades para tratar el problema se encuentran los sistemas de alarma, los cuales incluyen, por ejemplo, un sensor que se coloca en la cama o en la ropa interior y que nos alerta al notar la humedad de la orina. Otro tratamiento muy eficaz en la población adulta es la fisioterapia del suelo pélvico, que incluye electroestimulación indolora para evitar la contracción involuntaria de la vejiga.
Claves para evitar pérdidas
Lo más importante es aceptar que la incontinencia nocturna es un problema de salud, del que en ningún caso hay que sentir vergüenza ni recriminar a los niños que mojen la cama. Ocultarlo no es la solución, ya que solo hará que el problema persista. Entre las recomendaciones de los especialistas para controlar los escapes nocturnos se incluyen las siguientes:
- Evitar la ingesta de líquidos dos horas antes de acostarse. En el caso de los adultos es aconsejable evitar bebidas como el alcohol, té, café u otras bebidas excitantes, ya que pueden producir irritación de la vejiga.
- Antes de acostarnos, vaciar la vejiga por completo.
- El exceso de peso también puede ser un factor de riesgo de la incontinencia nocturna ya que aumenta la presión sobre los músculos del suelo pélvico, por lo que es recomendable evitar el sobrepeso.
- No automedicarse, ya que entre los efectos secundarios de algunos medicamentos se incluye el de estimular la micción, caso de los fármacos con efecto diurético.