Evitar lesiones en el cuidado de los hijos

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Las contracturas son una de las lesiones que, con mayor frecuencia, padecen los padres como consecuencia, por ejemplo, de las tareas físicas que conlleva la crianza y de adoptar posturas inadecuadas al bañar, levantar o dar de mamar al niño. Vamos a ver más detenidamente qué hacer para evitar las lesiones en el cuidado de los hijos.
 
El cuidado de los hijos implica, como bien saben los padres, una serie de tareas físicas extras. Además, en el caso de la madre hay que tener en cuenta los cambios físicos y emocionales que se han producido en su cuerpo durante el embarazo y el parto y que han afectado a la musculatura, la cual se irá recuperando de manera progresiva. Esto puede hacer que la madre se sienta más cansada durante las primeras semanas después del parto, lo que también puede notarse en la aparición de dolores de espalda y de hombros, con mayor riesgo de contractura.
 

Cuidado de los hijos: actividades cotidianas

Durante la crianza de los más pequeños, en el día a día, los padres adoptamos, casi sin ser conscientes, una serie de posturas para realizar determinadas tareas físicas -baño del bebé, recoger los juguetes, levantar al niño, transportar al niño…- que pueden pasar factura. Vamos a ver cuáles las situaciones que debemos corregir para evitar la aparición, entre otros, de contracturas musculares.

  • Dar el pecho o el biberón: La postura de la madre y del bebé es importante para que pueda amamantar o tomar el biberón sin problemas. La tripa del bebé debe quedar en contacto el vientre de la madre, con la cabeza alineada con el cuerpo. Hay que evitar las posturas en las que quede panza arriba o tenga que ladear la cabeza para poder mamar. Hay que acercar al bebé al pecho, y no al revés. En cuanto a la postura de la madre, si optamos por sentarnos en el sillón lo aconsejable es tener los pies en el suelo. Si da el pecho derecho, o se apoya en este brazo al bebé para que tome el biberón, conviene apoyar la pierna derecha en un taburete y apoyar el codo derecho. Si dejamos el codo en el aire sometemos a los hombros a una mayor presión y sobrecarga. Si se da el pecho en la cama, conviene colocar un cojín o almohada debajo de la rodilla.
  • Transportar al niño: Las mochilas portabebés o los fulares son algunas de las novedades que han aparecido en los últimos años para transportar a los más pequeños. Con los fulares los bebés pueden adoptar una postura más ergonómica, incluso más similar a la que tenía en el útero. En cuanto a las mochilas, las más utilizadas son las que permiten al bebé dejar las piernas colgando, con la espalda recta. Esto puede provocar tensión en la espalda del progenitor. A medida que crecen, aunque comenzarán a gatear y a andar, en ocasiones hay que cogerlos en brazos. La mejor posición es con las piernas a cada lado del tronco, sujetanto la parte posterior del cuerpo del niño, con los dos brazos mejor, para conseguir una postura equilibrada.
  • Pasear con la silla del bebé: Puede parecer sencillo, pero hay que prestar atención a cómo cogemos y empujamos la silla del bebé o niño. Los agarres deben estar adaptados a la altura de la persona que la empuja, por encima de las caderas, evitando doblar o arquear la espalda. Para circular en llano, hay que empujar la silla con todo el cuerpo, manteniendo cerca del carro. A la hora de subir escaleras, doble las rodillas para tirar de la silla hacia arriba, con lo que se evitan sobrecargas e nla espalda, piernas y abdomen. Después de subir una cuesta, hay que recuperar la posición corporal, espalda recta y hombros hacia atrás.
  • Recoger los juguetes de los niños: Un gesto tan sencillo como agacharse para recoger los juguetes puede dañar la espalda. Para ello, hay que agacharse de manera correcta, adelantando una pierna para que reciba más peso y nos ayude a incorporarnos.
  • Levantar al bebé: A la hora de levantar al bebé o niño, procura doblar levemente las rodillas, evitando agacharse con las rodillas rectas. Al levantarlo de la cuna, pega el bebé al cuerpo antes de incorporarte.
  • Baño del bebé: Si al bañar al bebé lo hacemos de pie, coloca al lado un taburete para descansar cada cierto tiempo las piernas y la zona lumbar. Cuando ya se hacen más mayores el baño cambia, y se hace en la bañera tradicional, por lo que toca ponerse de rodillas. Antes, coloca siempre un cojín o un toalla, evita el contacto directo con el suelo. Para coger al n iño, doble levemente las rodilla y, si es posible, apóyalas al borde de la bañera, coge fuerza con el abdomen para evitar cargar demasiado la espalda.

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