Si te tener plantas de interior en casa debes tener en cuenta cuáles son tóxicas para humanos y mascotas. Te mostramos las plantas tóxicas más comunes.
Las plantas de interior tienen múltiples beneficios para nuestro hogar. Son un elemento decorativo perfecto, disminuyen el estrés diario, nos ayudan a conectar con la naturaleza y además nos alegran la vista. Sin embargo, hay que tener cuidado con las plantas que elegimos para casa, sobre todo si tenemos hijos o mascotas, ya que algunas pueden ser tóxicas si se ingieren. Lo más prudente es conocerlas y evitarlas, no obstante si ya las tienes, es conveniente que las pongas fuera del alcance de los más pequeños. Te contamos cuáles son las plantas tóxicas más comunes.
Muchas veces elegimos nuestras plantas de interior sin tener en cuenta los riesgos que éstas pueden tener. Es cierto que muchas de ellas no representan ningún peligro, como las aromáticas. Pero algunas otras pueden ser perjudiciales para la salud en el caso de estar en contacto directo con sus hojas, flores o frutos.
Plantas de interior tóxicas para humanos y mascotas
Todos sabemos que cuando se trata de nuestros hijos y de nuestras mascotas toda precaución es poca. A los niños les puede la curiosidad, y aunque les advirtamos de que no deben tocar una planta, no dudarán en desobedecernos e investigar qué pasa si lo hacen. Por eso lo más prudente es identificarlas, conocer cuáles son tóxicas y colocarlas en un lugar seguro. Lo más alejadas posibles de nuestros pequeños temerarios.
También es importante enseñar a los niños a no mordisquearlas, pues aunque algunas plantas no sean consideradas tóxicas, algunas personas pueden ser alérgicos. O incluso, existe la posibilidad de que algunas provoquen reacciones adversas en un momento determinado.
Algunas de las plantas más tóxicas son muy comunes en los hogares. Por ejemplo la diefembaquia (Dieffenbachia spp), un género de planta tropical muy atractiva y conocida en todo el mundo por sus características manchas claras en sus hojas. Sin embargo, la ingestión de cualquiera de sus partes puede provocar la irritación de la mucosa bucal, náuseas, vómitos o gastroenteritis.
El poto es otra de las especies que más solemos encontrar en cualquier casa, ya que decora cualquier rincón y es muy resistente y fácil de cuidar. Pero tanto si se ingiere como si se chupa o mastica, la mucosa buco- faringea se irrita. Es un caso parecido a la diefembaquia.
Por último, la cala o lirio de agua (Zantedeschia aethiopica Spreng), puede provocar quemazón y edema de las mucosas y, en algunos casos, obstrucción de las vías respiratorias.