Aliviar los dolores de cabeza y mejorar la circulación son de los beneficios que conlleva la práctica del shiatsu durante el embarazo, una legendaria técnica oriental basada en los masajes. No es el único beneficio que nos reporta durante esta etapa, ya que también puede ayudar a combatir otros molestos síntomas, como los mareos y las náuseas del embarazo, y a aliviar las tensiones y la ansiedad. Vamos a ver más detenidamente en qué consiste esta técnica y que ventajas nos reportará durante el periodo de gestación, una etapa en la que tenemos que cuidarnos por dos.
La práctica de actividad física durante el embarazo, de manera moderada y adaptada a nuestra forma física y al mes de gestación, está constatado que resulta beneficiosa. Ejercicio físico que podemos combinar con otras terapias como el yoga, el pilates, y, entre las más novedosas, el shiatsu. Estamos ante una técnica oriental que, pese a ser legendaria, no ha sido hasta hace relativamente poco cuando se han comenzado a extender sus beneficios al desarrollo del embarazo. El shiatsu, entre otros, mejora nuestro estado físico y emocional, especialmente vulnerable por los cambios hormonales y los cambios que experimenta nuestro cuerpo durante la etapa de la gestación. El shiatsu fomenta el equilibrio emocional al ayudarnos a liberar tensiones, estrés y ansiedad.
A nivel físico, es un buen aliado para reducir los dolores de espalda y las naúseas, dos de los trastornos más comunes asociados al embarazo. También se ha constatado que los masajes del shiatsu mejoran la circulación sanguínea. Beneficios que se hacen extensivos a los nueve meses de embarazo y ayudando a afrontar el momento del parto con más tranquilidad. De hecho, el shiatsu y el reiki son de las terapias que, por sus efectos para favorecer la relajación, cada vez con mayor frecuencia se incluyen dentro de los cursos de preparación al parto.
Shiatsu: ¿En qué consiste?
Tal y como hemos señalado, el shiatsu es una terapia oriental –en concreto, es originaria de Japón-, que se basa en ejercer presión a través del masaje sobre las zonas del cuerpo que se encargan de activar los puntos energéticos que equilibran nuestro organismo. El masaje favorece el trabajo de los músculos, sobre todo de la espalda, brazos y piernas, lo que a su vez promueve la relajación y el equilibrio del sistema nervioso. Durante el primer trimestre los masajes se pueden dar en cualquier postura. A partir del segundo trimestre conviene que la madre se coloque en posición lateral, además de ser aconsejable evitar los masajes en la zona del abdomen.
Shiatsu: ¿En qué nos ayuda?
La lista de beneficios del shiatsu es más amplia. En el caso concreto de la mujer embarazada el shiatsu también ayuda a prevenir los problemas de insomnio –al liberar el estrés y la tensión muscular conciliamos mejor el sueño-, favorece la digestión –la acidez de estómago es uno de los síntomas más comunes durante el embarazo-, reduce el estreñimiento, ayuda a equilibrar el sistema inmunológico, disminuye la hinchazón de las piernas y mitiga el dolor y la fatiga. El shiatsu también ayuda a olvidarse de otro síntoma común durante el embarazo, los calambres en las piernas.