El verano puede ser una etapa complicada para el embarazo, sobre todo en el último trimestre del periodo de gestación. Para afrontarlo con energía, vamos a ver detenidamente un decálogo de sencillos consejos que pueden ser de gran ayuda. El excesivo calor del verano puede hacer que nos sintamos más cansadas, incluso con menos apetito, y hacer menos llevadero el embarazo. Precisamente, entre los consejos a seguir para no perder vitalidad, la dieta y la hidratación juegan un papel esencial.
Cansancio, fatiga, sudoración, inapetencia e, incluso, problemas de sueño, son algunos de los trastornos más comunes del embarazo asociados al calor. Y es que el verano puede ser una etapa complicada, sobre todo en el último trimestre del embarazo y a medida que se acerca la fecha del parto. Para hacerlo más llevadero, y sobre todo para afrontarlo con la energía necesaria, vamos a ver algunos consejos, tan sencillos como eficaces.
Dieta embarazada
No solo hay que cuidar la alimentación, sino que hay que respetar los horarios de las comidas y, sobre todo, no saltarse el desayuno, la comida más importante. Para empezar el día con energía, nada como un desayuno con lácteos, cereales y fruta de temporada. De igual manera hay que cuidar la hidratación, siendo aconsejable aumentar la ingesta de líquido, tanto para mantener los niveles hídricos como para evitar la retención de líquidos. Hay que beber sin esperar a tener sed y, sobre todo, en los meses de verano que el calor hace que las necesidades hídricas de nuestro cuerpo sean mayores. Lo aconsejable, beber al menos dos litros de agua al día.
En el capítulo de la dieta, también es importante comer con moderación, es decir, evitando los excesos y, sobre todo, los alimentos demasiados grasos o azucarados. Además, durante el verano nuestro apetito se puede ver afectado, por lo que siempre es más apetecible un menú refrescante (por ejemplo, ensaladas de verduras, hortalizas y frutas de temporada). Las cenas, mejor ligeras.
Comer más fruta
Las frutas, de hecho, son uno de los alimentos que más protagonismo deben ganar durante el embarazo y durante el verano, porque además de nutrirnos nos refrescan. Además de por su alto contenido en agua, las frutas también son apreciados por nutrientes tan esenciales como las vitaminas o los minerales, además de fibra, buena para evitar el estreñimiento durante el embarazo.
Entre las frutas de temporada, sandía, melón, fresas o cerezas.
Ejercicio físico
Si antes del embarazo practicábamos deporte de manera regular es aconsejable no abandonar este saludable hábito, adaptando la actividad física a nuestra condición y a la etapa del embarazo. El ejercicio físico además reduce el riesgo de cesárea. Un ejercicio tan sencillo como andar nos reporta innumerables beneficios, así como la natación o el yoga. El verano es una época ideal para la práctica de ejercicios en el agua.
Descanso
El descanso es fundamental, sobre todo en esta etapa, un descanso que debe ser sinónimo de relajación. ES aconsejable dormir con las piernas en alto.
Usar ropa ligera y calzado cómodo
La mejor opción, tanto para sentirnos más cómodas para evitar pasar calor, es optar por las ropas de tejidos naturales, evitando que se peguen al cuerpo. El calzado debe ser cómodo, para evitar la hinchazón o pesadez de piernas y los temidos dolores de espalda del embarazo.
Cuidados de la piel
La piel, a consecuencia de los cambios hormonales que experimenta el cuerpo de la mujer durante el embarazo, se ve sometida a continuas alteraciones, volviéndose incluso más sensible. También pueden aparecer manchas en la piel, sobre todo en la cara y en el cuello. Para mantener la salud de nuestra piel es aconsejable hidratarla todos los días, evitar la exposición directa a los rayos solares durante las horas centrales y, sobre todo, aplicar la crema protectora adecuada, incluso cuando paseamos o estamos sentadas a la sombra.