Cuidados del bebé: ¿Es normal que se atragante un bebé?

Los cuidados del bebé durante los primeros años de su vida son fundamentales para su supervivencia, pero esto trae consigo una serie de dudas por parte de madres primerizas y de otras más experimentadas a las que se topan con un problema que no les había surgido anteriormente. Una de ellas es si es normal que se atragante un bebé. ¡Te contamos la respuesta!

¿Es normal que se atragante un bebé?
Si ya eres madre habrás podido comprobar la facilidad con la que se puede atragantar un bebé únicamente comiendo. Siempre nos podemos encontrar a personas que nos alarman de la situación y que aseguran que se puede deber a una malformación en el esófago, pero nada más lejos de la realidad. El hecho de que un bebé se atragante es completamente normal, especialmente durante los primeros meses de vida.

Causas
Sin duda, la causa principal del atragantamiento en bebés es su inmadurez física. Como aún les queda mucho camino para desarrollarse por completo, es lógico pensar que el esófago es sólo una de las partes que necesitan madurar para controlarla a la perfección. Si a esto se le suma el hecho de que los bebés se cansan mucho mientras comen, llegamos al punto de que pueden atragantarse porque es el momento en el que menos fuerza están ejerciendo. Además, también puede deberse al reflujo.
En caso de alimentarle con leche materna, el atragantamiento puede darse debido al reflejo de eyección que tenemos todas las madres. Consiste en que cuando el bebé succiona un par de veces, la leche sale a presión para facilitarle al bebé la toma, por lo que el pequeño no puede controlarlo. Se da especialmente cuando están muchas horas sin mamar.

¿Qué hacer?
Afortunadamente estos atragantamientos habituales desaparecen con el tiempo, pero no está de más ayudar a nuestro pequeño a evitarlos. Lo primero que debes hacer es asegurarte de que siempre expulsa bien el aire tras comer para evitar el reflujo. Para ello bastará con darle unas palmaditas en la espalda hasta que eructe.
Por otro lado, y para evitar el reflejo de eyección, puedes sacarte un poco de leche antes de cada toma para que el pecho no esté tan cargado y la presión con la que sale sea menor.
Por último, y para los casos más graves en las que el niño realmente no pueda respirar, lo que debes hacer es mantener la calma y realizar la maniobra antiahogo o de Heimlich. ¡Verás como todo sale bien!

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