¿Cuántas capas de ropa pones a tu hijo antes de salir de casa para que no pase frío? ¿Qué niño no ha salido en invierno forrado como si emprendiera viaje al Polo Norte? Sí, puede que fuera el termómetro se haya desplomado, pero sobreabrigar a los niños no es necesario por varios motivos, y el principal es que no sienten más frío que los adultos, es decir, su termostato es igual que el nuestro. Por lo tanto, el exceso de prendas de abrigo lo que hará es que esté más incómodo y sude más, porque no podemos olvidar que los niños incluso sienten menos frío porque están más activos. La excepción, lógicamente, son los bebés más pequeños (en particular los neonatos o de menos de un mes) que todavía no regulan bien su temperatura corporal. En este caso sí es aconsejable poner una capa de prendas más (teniendo en cuenta la temperatura de la calle cuando vayamos a salir) o utilizar un saco para el cochecito.
Abrigar a los niños
¿Cuándo y cómo abrigar a los niños? No es una pregunta banal, y de hecho es una de las grandes preocupaciones de las madres, cayendo en el error en ocasiones de pensar que si los adultos tenemos frío, los niños más. Prevenir el frío en invierno o los cambios bruscos de temperatura en otras épocas del año es importante, pero sin cometer excesos.
Invierno
Hay partes del cuerpo que son más vulnerables al frío y al viento, como pueden ser los oídos (hay un mayor riesgo de infecciones en invierno) o las manos, así que siempre es recomendable que el niño salga con gorro, bufanda y guantes en invierno. ¿Y debajo del abrigo o cazadora? Los expertos aconsejan optar por varias capas de ropa, de tejidos menos gruesos y más cómodos, en lugar de un forro polar o jersey demasiado grueso con una camiseta debajo. Como recomendación general en invierno, para los niños de menos de un año, una prenda de ropa más; para los mayores de un año, el mismo número de prendas que los adultos.
Con el sistema de capas el niño no solo estará más cómodo, sino que podrá ir quitando o poniendo prendas en función de la temperatura del espacio donde se encuentre. De la otra forma, cuando se quite el forro polar será más fácil que se quede frío.
¿Y a la hora de dormir? Todo dependerá de la temperatura de la habitación, si bien si el espacio está caldeado será suficiente con que porte un pijama normal. En caso contrario, conviene abrigar al niño antes de que se vaya a la cama con una o dos prendas más de ropa que los adultos.
Otoño y primavera
Son las estaciones de transición, en las que suele ser habitual que las temperaturas desciendan a primera hora de la mañana y a última de la tarde. Será en estas horas cuando los niños deben llevar alguna prenda más de abrigo, pero sin excesos.
Verano
Los cambios bruscos de temperatura, sobre todo por el uso de aire acondicionado, es lo que hay que evitar en verano. Para ello, conviene que se pongan una prenda que los proteja del cambio de temperatura antes de entrar o salir.
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