Contacto piel con piel con el bebé: Beneficios y riesgos

El contacto piel con piel es uno de los momentos más íntimos entre una madre y su hijo recién nacido, y por ello siempre se ha recomendado su práctica. No obstante, podemos encontrar opiniones muy diferentes de entre los expertos en natalidad, por lo que es necesario conocer los beneficios y los riesgos del contacto piel con piel con el bebé.

¿Qué es el contacto piel con piel con el bebé?
El contacto piel con piel es aquel que se realiza en los primeros minutos después del parto. El personal sanitario coloca al bebé entre el pecho y el abdomen de la madre, los cuales están únicamente tapados con una manta o toalla caliente. Es en las últimas décadas cuando se ha dejado un poco de lado esta práctica y se ha priorizado hacer pruebas al bebé, aunque actualmente estamos viviendo un retorno a lo tradicional o, mejor dicho, un auténtico debate entre entidades.

Beneficios del contacto piel con piel

1. Promueve la lactancia materna

Según la Asociación Española de Pediatría, el bebé cuenta con el instinto de reptar y succionar el pecho de la madre para alimentarse, por lo que estar cerca en los primeros minutos de vida multiplica por 8 las probabilidades de que se dé la primera toma.

2. Suscita la generación de leche materna

El contacto piel con piel no solo es capaz de incitar los instintos del bebé, sino también los de la madre. ¿Alguna vez te has preguntado por qué las mujeres embarazadas tienen un olfato tan agudo? Pues es precisamente porque el hecho de oler tras el parto a su bebé hace que se incremente la producción de la oxitocina, la hormona que fomenta la lactancia materna.

3. Mejora de la estabilidad del bebé

Se ha demostrado que estos primeros minutos de contacto reducen los niveles de estrés del bebé, disminuyendo el llanto y dando una mayor estabilidad cardiorrespiratoria. Por supuesto, todo esto contribuye a que se regulen sus niveles de glucosa y la temperatura.

4. Genera el vínculo afectivo

El primer contacto es donde aparece por primera vez el vínculo afectivo entre una madre y su hijo, pero con una intensidad muy alta. Esto es fundamental para asegurar la supervivencia del pequeño, ya que no sentirá que está solo.

Riesgos del contacto piel con piel

1. Dificultades en la respiración

Los bebés son colocados boca abajo sobre el pecho de la madre. Esta posición hace que puedan obstruirse las vías respiratorias y dificultar mucho su respiración, lo que puede provocar la asfixia.

2. Peligros en la primera toma

La primera toma es fundamental, pero debemos tener en cuenta que no hacerla en una postura adecuada puede provocar un atragantamiento, ya que el bebé es muy pequeño y la presión con la que sale la leche puede no ser beneficiosa para él.

3. Probabilidad de muerte súbita

No debes alarmarte con la muerte súbita en el contacto piel con piel, porque lo cierto es que se ha dado en pocas ocasiones. No obstante, existe el riesgo de que se dé por unirse los riesgos anteriormente mencionados o por no acertar con la temperatura a la que debe estar el bebé.

Precauciones
La mejor cura es una buena prevención, por lo que te damos algunos consejos para que pongas en marcha una serie de medidas preventivas que te ayudarán a que todo salga perfectamente en caso de que vayas a tener el contacto piel con piel.

1. Estar siempre acompañada

El contacto piel con piel es un momento muy íntimo, pero no por ello deben dejarte sola en la habitación. Deberás estar acompañada durante todo el tiempo, ya que estarás muy cansada y alguien debe encargarse de vigilar al bebé.

2. Mantén una postura correcta

La postura es un factor muy importante para reducir riesgos, por lo que deberás seguir las indicaciones a rajatabla. Lo ideal es que estés semiincorporada, manteniendo una inclinación de entre 30 y 45 grados.

3. Pide ayuda al padre

Si estás muy cansada, el contacto piel con piel también puede realizarse sobre el pecho del padre de la criatura. No será exactamente lo mismo, pero también ayudará mucho para mantenerlo caliente y generar ese vínculo afectivo tan importante para la familia.

4. Céntrate en el bebé

Es un momento muy especial y delicado, por lo que deberás olvidarte de todo y centrarte tanto en tu hijo como en ti. Fíjate en todo momento si notas algo extraño y avisa de inmediato en caso de que tengas la duda de que algo se está complicando.

5. Disfruta

Está claro que vas a tener que estar muy pendiente del bebé, pero también deberás asegurarte de disfrutar para reducir tus propios niveles de estrés y que el bebé pueda percibirlo. ¡Verás cómo todo sale bien!

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