Cómo detectar la baja autoestima en niños

La baja autoestima en niños puede interferir en su desarrollo y aprendizaje y en la formación de su personalidad. De ahí la importancia de reconocer lo antes posible los signos de problemas de autoestima en niños.

La autoestima puede definirse, en términos generales, como la percepción que uno tiene de sí mismo en comparación con los demás y lo que piensa que se espera de uno. ¿Cómo saber si mi hijo tiene baja autoestima?, ¿cómo se comporta un niño con baja autoestima?

El entorno familiar, escolar y social, así como las experiencias de éxito y fracaso, van construyendo la autoestima desde la infancia, aproximadamente a partir de los 4-6 años. La baja autoestima puede acarrear sentimiento de inferioridad, ansiedad, culpa o angustia, entre otras emociones negativas.

¿Cómo saber si un niño tiene baja autoestima?

niño baja autoestima

Si como padres detectamos que nuestro hijo tiene problemas para asumir nuevas responsabilidades o retos y que manifiesta cierta dependencia emocional, conviene no subestimar estas señales que pueden ser indicativas de problemas de autoestima.

Aceptar las críticas constructivas, y en otros casos los halagos, es algo que no llevan bien los niños con baja autoestima, como consecuencia de su falta de seguridad y confianza en sí mismo.

La baja autoestima hace ver los cambios o los nuevos retos como una dificultad, en lugar de como una oportunidad. Esto lleva a renunciar a hacer muchas cosas solo por el miedo al fracaso, y al mismo tiempo provoca un sentimiento de frustración.

A todos, adultos y niños, nos gusta estar solos en determinados momentos, pero otra cosa es la soledad que por timidez o sentimiento de inferioridad lleva a alejarse de los demás. En el casos de los niños con baja autoestima lo que puedan pensar los demás hará que se refugien en la soledad, volviéndose retraído y con menos habilidades sociales.

Otra de las señales que pueden alertar de la baja autoestima es la tendencia a compararse con los demás y a mostrarse demasiado autocrítico con uno mismo. Es importante fomentar el diálogo como base de la relación entre padres e hijos, para saber cómo se encuentra y hacerle sentir que puede hablar sin temor de lo que preocupa.

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