Cómo dar independencia a los hijos adolescentes

La adolescencia de los hijos no es una etapa fácil de la vida, y como padres puede resultar complicada afrontarla. Al llegar a la adolescencia los hijos quieren tomar cierta distancia con los padres. Cuando los hijos son pequeños dependen completamente de los progenitores pero, a medida que se van haciendo mayores, ese vínculo se va transformando para que, de esta manera, puedan madurar. Dicho de manera coloquial, como padres debemos asumir que nuestro papel cambia cuando llega el momento de dejarlos volar. Según la edad que tengan será necesario realizarles un seguimiento, pero sin presionar en exceso. Se trata de estar ahí, pero sin agobios ni limitando su libertad de acción.

Fomentar la autonomía

La autonomía es la base del aprendizaje, y al adquirir responsabilidades aprenden a ser conscientes de sus propias acciones y decisiones. Crecer con autonomía y responsabilidades es aportar un grado de madurez para enfrentarse a la vida y para ser más felices. A medida que los hijos crecen van buscando su propia autonomía, y como padres el papel que hay que asumir es el de ayudar y acompañar en esta búsqueda. Al llegar a la adolescencia, si lo hacen con cierto desarrollo de su autonomía estarán más preparados para ser personas adultas responsables, seguras de sí mismas y confiadas en sus habilidades para enfrentarse al mundo.

Debemos dejarles espacios para que puedan tomar sus decisiones. Es posible que se equivoquen, pero es necesario que así ocurra ya que esto también forma parte del aprendizaje. Necesitan explorar su identidad, cometer sus propios errores y aprender de ellos.

Empezar a dar mayor libertad e independencia no es un proceso sencillo para los padres, pero hay que hacerlo porque, de lo contrario, corremos el riesgo de que nuestros hijos reaccionen en rebeldía o que se acomoden tanto a la situación que no sean capaces de emanciparse emocionalmente.

Es importante hacerles sentir que pueden contar con nuestro apoyo. Para ello es importante cultivar la comunicación con los hijos, la habilidad de hablar abiertamente sobre los problemas para generar una relación de confianza.

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