No a todos los niños les gusta ir al colegio, y saben que una buena forma de librarse es estar enfermo. Pero no sólo lo hacen aquí, sino también cuando no quieren ir a algún otro lugar o, incluso, cuando les gusta la medicina y quieren que les des más. Sea cual sea el motivo, lo cierto es que no hacerle parar a tiempo puede incluso propiciar que se convierta en hipocondríaco de adulto, ya que acabará haciéndose creer a sí mismo que siempre está enfermo. Para evitarlo, te contamos las claves para detectar si tu hijo finge estar enfermo.
Llévalo al médico
Lo mejor que puedes hacer cuando no estés segura es llevarlo al médico, ya que el pediatra podrá detectar enseguida lo que le pasa. Pero no pienses que únicamente se encargará de decir que está en perfectas condiciones, sino que probablemente trate de sacarle al pequeño el temor que le impulsa a fingir. Por supuesto, si el pequeño se niega desde el principio a ir a consulta médica, ya te estará dando una pista muy valiosa.
Detecta cuándo se encuentra mal
El momento en el que dicen encontrarse mal es clave para detectar si está diciendo la verdad. Por lo general, los niños que fingen estar enfermos suele quejarse a primera hora de la mañana o justo antes de empezar una actividad determinada. Si, por ejemplo, tu hijo siempre se pone enfermo cuando tiene que quedar con tus amigos, probablemente haya algo que no vaya bien con ellos.
Controla el tiempo
Cuando enfermamos solemos sentirnos mal durante prácticamente todo el día, o incluso más. Algo que delata a los niños es que tan sólo un rato después olvidan haber afirmado estar enfermos y se muestran llenos de energía. Aunque, claro está, cuando le preguntamos vuelven a decir que aún les duele un poco.
Trata de comprenderlo
No sólo es importante detectar que finge, sino también la razón por la cual lo está haciendo. Esta conducta que puede resultar irresponsable por su parte puede esconder problemas como el bullying o acoso escolar, una situación muy difícil de resolver por sí solo. Por ello, te animamos a que no lo fuerces y que trates de descubrir a qué se debe este comportamiento preguntando a los profesores, a otras madres o, incluso, observándolo cuidadosamente.