Chantaje emocional en niños: no dejes que lo hagan. Es una de las tácticas más frecuentemente utilizadas por los niños cuando quieren conseguir algo, bien sea sentimental o material. Sobre todo los niños cuyos padres están atravesando problemas en la pareja, o aquellos niños en que los padres se han separado o divorciado. El juego del chantaje emocional es sumamente peligroso, tanto para el niño como para los padres que permiten que se juegue con ello. Ser vulnerable, pasar una mala situación en cualquier aspecto y no querer perder el favor y cariño de nuestros hijos puede llegar a ser el punto y final a su educación y al respeto.
El chantaje emocional es una de las técnicas más utilizadas, tanto por mayores como por pequeños, para conseguir aquello que se desea a costa de hacer sentir mal a la otra persona en caso de negarse a su petición.
¿Qué ocurre si nos chantajean emocionalmente?
Tanto si eres la persona que chantajea como si eres el chantajeado, las consecuencias son nefastas. ¿Por qué? Porque la manipulación de las personas a través de los sentimientos que esta tiene son maneras que nos hacen sentir molestos y enfadados con las personas que nos rodean y por ello acumulamos resentimiento y sensación de malestar.
¿Por qué es uno de los métodos más utilizados por los niños?
Aunque como ya hemos dicho, no solamente es utilizado como método para conseguir las cosas por parte de los niños, sí es cierto que estos, en el momento en que lo descubren y les dejan que lo utilicen, lo usan como arma en la gran parte de las situaciones.
Entre los niños, es mucho más utilizado sobre todo por aquellos cuyos padres están separados, y que estos están pasando por malos momentos tanto emocionales como sentimentales, en los que luchan por la custodia del niño o intentan buscar el cariño y el reconocimiento de sus hijos frente a la decepción y sentimiento de dolor con respecto a la separación.
Aunque los niños se aprovechan, en ocasiones, de la debilidad de los padres ante las situaciones de malestar, es necesario estar alerta y saber cuando hay que decir no y ser muy rotundo en ello.
No solamente para no dejar que nuestros hijos nos manipulen y hagan lo que quieran a base de intentar hacernos sentir mal, sino porque para su futuro será muy importante que se les eduque conociendo las repercusiones de decir sí o no y de hacer una determinada cosa en un momento puntual.
Decimos que los niños se aprovechan de ciertas situaciones, sin embargo no debemos olvidar que en casos de separación o divorcio de los padres ellos sufren una gran parte de la decepción y desilusión y ven como su sistema familiar se rompe. El síndrome de alienación parental explica todo esto y si bien es cierto que lo ideal sería que todos los divorcios o separaciones acabaran con custodia compartida en la que la relación de los padres es, al menos cordial, por el bien de sus hijos, esto no siempre es así.
No dejéis que vuestros hijos os hagan chantaje emocional, ya que en el momento en que sucumbáis a sus deseos por el hecho de no sentiros mal y pensar que sois malos padres si no lo hacéis o que vuestro hijo dejará de quereros, ya no habrá marcha atrás. Por poner normas, reglas e intentar educar a vuestros hijos de la forma correcta no se es mal padre.
No dejes que sepa qué es lo que más te duele para que así se pueda aprovechar de ello, y en caso de que ocurra aprende a decir no. Una decisión acertada en el presente evita males en el futuro.