Tos, mucosidad, fiebre, irritabilidad, dificultades para dormir o pérdida de apetito son algunos de los síntomas más comunes del catarro en bebés y niños. No obstante, sí hay algunas diferencias en los síntomas en función de la edad, tal y como veremos a continuación. ¿Cuál es el mejor tratamiento para aliviar el catarro?
El catarro es una infección de las vías respiratorias, afectando sobre todo a la nariz y a la garganta, y que puede afectar tanto a los adultos como a los niños. Sin embargo, en el caso de los más pequeños, es cierto que puede generar una mayor preocupación. De hecho, los catarros, junto a las gripes y resfriados, son las dolencias más frecuentes entre los niños, siendo uno de los principales motivos por lo que, durante unos días, no pueden asistir al colegio o guardería. El catarro es una infección aguda y especialmente contagiosa. En concreto, el virus del catarro se transmite por la tos, estornudos y saliva, por lo que no siempre es fácil evitar la exposición al contagio, sobre todo cuando se presenta en edad escolar y los más pequeños comparten aula durante muchas horas al día. Según datos médicos, es común que los niños tengan varios catarros al año.
Sin embargo, aunque el catarro sea una enfermedad respiratoria común, hay que prestar igualmente atención a los síntomas y aplicar el tratamiento más adecuado a la edad del bebé o del niño.
Catarro en bebés y niños: síntomas
El rinovirus es el más común, pero lo cierto es que hay hasta 200 virus detrás de los catarros. Suele durar entre siete y diez días, si bien la fase de contagio empieza dos días antes de que se manifiesten los primeros síntomas. El catarro, aunque con sintomatología común, sí presenta algunas características propias a la edad. Así, en el caso de los más pequeños –bebés y niños de entre 3 meses y tres años- los síntomas más comunes son la fiebre, los estornudos, la tos, mucosidad y una mayor irritabilidad. También es común que pierdan apetito o duerman mal. En ocasiones pueden aparecer náuseas, vómitos y diarrea.
A partir de los tres años de edad, el catarro es más frecuente que se manifieste con dolor de garganta, irritación de los ojos, lagrimeo, tos, obstrucción nasal, fiebre y malestar general.
Catarro en bebés y niños: tratamiento
El catarro hay que pasarlo, es decir, no hay un tratamiento que reduzca su duración o lo ataje de manera inmediata, pero sí hay remedios para aliviar los síntomas y hacerlo más llevadero. De entrada, hay que evitar el uso de antibióticos, ya que no son efectivos contra los virus del catarro o resfriado. De igual manera, es aconsejable que beban mucho líquido (para evitar la deshidratación, sobre todo si hay fiebre) y seguir una dieta blanda (no es aconsejable forzarles a comer, y es bueno ofrecerles una dieta a base de aquellos alimentos que más les gusten). Para reducir la fiebre se puede administrar un antitérmico (paracetamol, ibuprofeno). Si la fiebre no remite en unos días, o aparece dolor de oído o dificultades respiratorias, conviene consultar de manera urgente al pediatra, ya que un catarro, si no cura adecuadamente, puede evolucionar en otros problemas para la salud de los niños, como otitis, bronquitis o neumonía.
Los baños calientes ayudan a aliviar la irritación nasal, así como colocar un humidificador en la habitación del niño. Un baño caliente también relajará al niño y le ayudará a dormir. Para eliminar los mocos, el método más efectivo es sonarse la nariz, pero si está taponado se puede recurrir a los lavados con suero fisiológico.