¿Cuáles son los síntomas?, ¿cómo tratar y prevenir la bulimia en los niños? Son algunas de las preguntas cuyas respuestas son esenciales para detectar lo antes posible un trastorno alimentario que no conoce edad, puesto que también puede afectar a los niños a edades tempranas, entre los 7-8 años. Las niñas son las más vulnerables a trastornos como la bulimia, la anorexia, la disfagia (dificultad para tragar), el trastorno de comedor selectivo y la aversión a determinados alimentos. Como padres no debemos substimar las señales que nos alertan de un trastorno que puede poner en riesgo la salud de quien lo padece.
Síntomas Hay algunos factores a los que como padres debemos prestar atención. Así, por ejemplo, es el caso de los niños que se muestran especialmente ansiosos, con una tendencia a dar vueltas a la comida en el plato pero sin llegar a comérsela. En otros casos, el niño se entretiene en cortar los alimentos en trozos pequeños, se muestra especialmente lento durante las comidas e incluso intenta evitar ciertos alimentos en su dieta. También pueden aparecer otros síntomas como depresión o ataques de pánico. Todos estos síntomas son una señal de angustia psicológica. El malestar emocional del niño se refleja en la relación con la comida. Dependiendo del trastorno de la alimentación los síntomas varían. En el caso de la bulimia, en particular, los niños tienden a comer sin moderación, lo que a menudo provoca indigestión y pesadez. La voracidad trata de ocultar sus problemas psicológicos. Ante la aparición de síntomas relacionados con la alimentación es recomendable consultar al pediatra. Los trastornos de la alimentación, de hecho, se curan más rápido si se detectan a tiempo.
Tratamiento En estos casos, la terapia es esencialmente psicológica. Los padres no deben culpar o castigar al niño, pero sí deben tratar de averiguar las causas que están detrás del trastorno alimentario. Para esto, conviene consultar con un psicólogo, especializado en trastornos de alimentación, especialmente si el trastorno emocional con la comida se acompaña de otros síntomas, como ataques de ansiedad, depresión y pánico. Los padres deben hablar con el niño y comprender sus dificultades emocionales. Para evitar estos trastornos de la alimentación, es aconsejable enseñar a los niños desde una edad temprana a manejar y a dar un nombre a las emociones, tanto positivas como negativas.
También te puede interesar: Dieta niños: ¿qué hacer cuando son malos comedores? y descubre cómo reconocer el síndrome del comedor nocturno.