Volver a acostarse pronto y levantarse temprano puede convertirse en una odisea tanto para los padres como para los pequeños.
La vuelta al cole resulta complicada para algunos pequeños que deben volver a retomar una serie de hábitos que se alejan de las conductas que han tenido durante varios meses, donde han dejado de tener las responsabilidades cotidianas del día a día.
Uno de esos hábitos es el de acostarse pronto para tener que cuando suene el despertador no suponga un suplicio el ponerse en pie. Por eso te vamos a dejar diez pautas para que esto no suponga un infierno para ti y tus hijos.
1. Empiece lo antes posible
Debes comenzar la rutina de ir a la cama temprano nueve días antes del día que comiencen la escuela. Al introducir la rutina temprano, el cuerpo de su hijo comenzará a producir las sustancias químicas necesarias y las hormonas que promueven el sueño en el momento adecuado, lo que le facilitará conciliar el sueño y despertarse para ir a la escuela.
Restablecer la rutina del sueño es importante para los niños
2. Sepa cuánto sueño realmente necesitan los niños
La gente suele olvidar que los niños necesitan dormir mucho más que los adultos. Mientras que los mayores necesitan siete horas, los niños de escuela primaria deben dormir alrededor de 10 horas. Hay dos tipos de sueño: NREM más profundo y REM más ligero.
El último es excelente para el aprendizaje y el procesamiento emocional, mientras que el primero es cuando se liberan las hormonas del crecimiento y el cuerpo se recupera; ambos son necesarios para que un niño duerma lo mejor por la noche.
3. Comience con horarios de acostarse escalonados
Es una buena idea empezar a mover la hora de acostarse y levantarse de sus hijos hacia sus horarios normales en los días previos al inicio de clases. Esto evita un shock para el sistema el día que comienzan las clases, cuando probablemente tendrán que levantarse mucho más temprano de lo que lo hicieron.
4. Concéntrese en el tiempo de «relajación»
Cada niño tiene una rutina de sueño completamente diferente, pero la clave es encontrar la que funcione mejor para ti y tu hijo y asegurarse de que incluya tiempo de relajación. Tener una rutina antes de acostarse garantiza que los niños sepan que se acerca la hora de acostarse.
Esta rutina puede implicar apagar la tele una hora antes de acostarse; realizar una actividad pacífica como leer o armar un rompecabezas; tomar un baño o una ducha y luego ponerse el pijama y cepillarse los dientes antes de acostarse.
5. Gestionar el uso de la tecnología
Es posible que les hayas permitido pasar más tiempo frente a la tablet durante las vacaciones de verano para mantenerlos entretenidos. Sin embargo, con el reinicio de las clases, podría ser ideal restablecer los límites anteriores así como detener los dispositivos automáticamente por la noche.
6. La configuración del dormitorio es vital
Pon señales para que el cerebro de su hijo sepa que es hora de prepararse para ir a dormir. El entorno es muy importante para dormir y las luces deben ser tenues o apagadas en el dormitorio para indicarle al cuerpo que es hora de acostarse. La clave es asegurarse de que su hijo se sienta cómodo en el entorno en el que duerme.
7. Sea flexible
No tiene sentido seguir estrictamente una rutina de sueño si obviamente no funciona para su hijo. El consejo más importante, no sólo con las rutinas de sueño, es no exagerar. Facilite la adaptación de su hijo a su nueva rutina, haga pequeños cambios para ver si funcionan y, si no, pruebe algo diferente.
8. Involúcrelos
Involucrar a los niños y hacerlos sentir responsables será de gran ayuda. Pasar algún tiempo en familia discutiendo la hora de acostarse y despertarse, así como también cuándo se dejarán de usar los móviles y las tablet, es un gran comienzo. Si todos están en la misma sintonía será mucho más fácil cumplir las reglas.
