10 consecuencias de un mundo sin deberes

Nos encontramos en un momento en el que el conflicto entre “deberes sí” y “deberes no” está a la orden del día. Todo el mundo se posiciona en un bando u otro, ignorando que en ambos existen tanto cosas buenas como malas y que es cuestión de reformular nuestro método de estudio. Te contamos las 10 consecuencias de un mundo sin deberes. ¿Tú de qué lado estás?

Consecuencias positivas de un mundo sin deberes

1. Habría más espacio para la creatividad

El hecho de que no avasallen a los niños con cientos de tareas mecánicas deja más espacio a la imaginación y a la creatividad. Nuestros pequeños se interesarían por la naturaleza, por los sonidos que nunca nos detenemos a escuchar o por cosas que siempre pasamos por alto, lo que provocaría que encontraran nuevos caminos para solucionar problemas existentes.

2. Serían más sociables

No tener deberes hace que su tiempo libre se incremente de tal manera que puedan pasar más tiempo con la familia, con sus amigos o, incluso, haciendo nuevas amistades en actividades extraescolares.

3. Su estrés se reduciría

No estar sometidos a la presión continua de los deberes haría que los pequeños estuvieran mucho más relajados y se evitaran problemas tales como la ansiedad y la depresión, especialmente en aquellos niños que van un poco rezagados.

4. Aprenderían por voluntad propia

Los niños se centran en aquello que realmente les llame la atención, por lo que querrían saber más sobre algo que han explicado en clase y tratarían de investigar en casa o por su cuenta. Por supuesto, sería necesario que sus padres o los profesores le explicaran cómo deben hacerlo.

5. Disfrutan más de la clase

Si eliminamos el momento en el que el niño se frustra por no saber hacer una tarea, probablemente prestará mucha más atención en clase al no tener una experiencia negativa con la escuela. Además, el clima con los profesores mejoraría gratamente, ya que muchas veces les culpan de ponerlo todo demasiado difícil.

Consecuencias negativas de un mundo sin deberes

6. No probarían cosas nuevas

A veces no sabemos lo que realmente nos gusta hasta que lo probamos, y es precisamente esto lo que ocurre si no hacen deberes. ¿Cómo va a saber un niño si le gustan las matemáticas si nunca se han puesto a ello?

7. No serían autónomos

Los niños funcionarán muy bien en clase, pero llegado el momento de afrontar una tarea ellos solos, puede darse el caso de que se bloqueen. Es necesario exponerlos a que hagan ciertas tareas sin que nadie les ayude.

8. No soportarían la frustración

Al igual que ocurre con los niños malcriados, los niños que no se les hace responsables de una tarea pueden llegar a pensar que saben hacer algo y, llegado el momento, darse cuenta de que no saben aplicarlo cuando están solos, lo cual les llevará a una frustración muy intensa que puede provocar, incluso, que dejen la escuela al pensar que no es lo suyo o que no son capaces.

9. No encontrarían dudas

¿Recuerdas cuando el profesor preguntaba si alguien tenía alguna duda y nadie levantaba la mano? Pues eso mismo ocurrirá siempre con los niños que no hagan ningún tipo de deberes, porque al asumir que lo que dice la otra persona es lo correcto, no podrán ver más allá por su propia experimentación.

10. No sabrían cuál es el sentido del deber

Está claro que una cantidad excesiva de deberes es algo negativo, pero que manden poca tarea es muy beneficioso para que comprendan que aprender es su deber, lo cual no hay que confundir con la responsabilidad. Aunque pueda parecer una tontería, es necesario para que sepan desarrollar esta cualidad de cara al futuro, ya que llegado el momento deberán ser responsables con su trabajo, su pareja o su familia.

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