La curiosa anécdota sucedió jugando al póker en Madrid, durante la etapa de Cristiano Ronaldo en el club madridista.
Hay anécdotas fugaces que parecen bendecidas y pasan a ser eternas. Ella, la gran protagonista de esta historia, nació en Ourense en 1980. Cuando tenía 24 años, se mudó a Madrid. Allí, en la capital española, empezó a trabajar en el Casino de Torrelodones, sin saber que, poco tiempo después, tendría el honor de convertirse en la crupier que le enseñó a jugar al póker a Cristiano Ronaldo, quien, por ese entonces, jugaba en el club madridista.
Ella se llama Natalia Yánez y, en el medio “La Voz de Galicia”, recordó el hecho que la terminaría marcando para la posteridad: “Se sentó en mi mesa y con él venía un cordón de seguridad enorme. Nos entendimos bien porque le hablaba en gallego, pero en un momento de la partida me di cuenta de que no sabía las reglas, así que se las enseñé… Ronaldo es una persona encantadora, muy humilde y con los pies en la tierra. La primera partida de póker que jugó la hizo conmigo y estoy supercontenta de que fuese así”.
Cristiano no fue la única estrella que pasó por su mesa
La etapa de esta gallega como crupier en el casino madrileño duró hasta 2013. Fueron casi 10 años. Por su mesa, pasaron también otros futbolistas como Gerard Piqué o Guti. Sin embargo, tal como lo reconoció en el ya citado medio gallego, ella quedó impresionada con otra estrella, Bruce Willis: “Con este me emocioné porque es un actor que me gusta muchísimo, pero tuve que disimularlo. El trabajo era muy estricto con el trato, no podíamos involucrarnos y ni siquiera tocar a los jugadores”.
Natalia llegó a ser directora de torneos y hasta dirigió partidas para PokerStars. También, recibió una propuesta para irse a Las Vegas. Cuando nació su hijo Joel, optó por dejar esta profesión y volver a su querida Galicia para soñar con otros caminos.
La etapa de Cristiano Ronaldo en el Real Madrid finalizó a mediados de 2018, armando la maleta para mudarse a Turín y defender los colores de la Juventus. Tal vez él, entre tantas curiosidades, recuerde que una gallega, un día cualquiera en un casino madrileño, le enseñó a jugar al póker.